En marzo pasado se abrió el proceso de licitación de la mejora de la depuradora de Placeres por 16,6 millones de euros. Desde mayo Augas de Galicia dispone de nueve ofertas empresariales para adjudicar este concurso de proyecto y obra. Por el momento no se ha resuelto el proceso, pero ya se admite que antes de 2020 no comenzarían las obras en Lourizán ya que la empresa elegida aún tendría que elaborar el proyecto técnico, para lo que se da un plazo de tres meses.
Con un presupuesto de 16.557.751 euros y un plazo de ejecución de un año, no estaría mejorada la planta hasta 2021, con el añadido de doce meses adicionales para la puesta en marcha de los nuevos tratamientos, es decir, principios de 2022.
La previsión es que esta reforma tecnológica "mejore sustancialmente a corto plazo" (no antes de tres años) la depuración de las aguas residuales de los municipios de Marín, Poio, Pontevedra y Vilaboa, con el objetivo de cumplir los límites de vertido marcados por la Unión Europea. La intervención, desde el punto de vista técnico, recoge la remodelación del tratamiento secundario existente, con el fin de garantizar la correcta depuración de hasta 900 litros por segundo de agua residual.
La solución proyectada consistirá en la modificación del reactor biológico existente para disponer de un tratamiento de lecho móvil y una posterior clarificación de las aguas mediante un proceso físico-químico con lastrado por microarena.
