Ya hubo contactos, pero ayer comenzaron oficialmente las negociaciones entre el PSOE y el BNG para decidir la relación entre ambos partidos en la Diputación, que han gobernado coaligados durante los últimos cuatro años. Por el momento, lo único seguro es que la corporación provincial se constituirá el próximo miércoles, 3 de julio y su presidenta volverá a ser la socialista Carmela Silva, ya que el PSOE cuenta con 13 escaños, frente a los 11 del PP y los tres del BNG.

Mientras los socialistas apostarían, en principio, por gobernar en solitario y acudir al apoyo nacionalista en acuerdos puntuales, como los presupuestos, el aún vicepresidente en funciones de la Diputación por el BNG, César Mosquera, daba ayer por hecho que "va a haber algún tipo de pacto", si bien el abanico de posibilidades al respecto es amplio: "puede ser una coalición -como en el mandato recién concluido- un acuerdo de gobernabilidad o apoyo externo. Esto está maduro". No obstante, admite que no hay nada cerrado y quizás haya que aguardar al pleno de constitución.

Esa sesión será el 3 de julio ya que la fecha inicialmente prevista -mañana viernes- no puede cumplirse por unas reclamaciones en el Concello de Tui. Tras esa constitución, Mosquera confía en que siga adelante el "profundo cambio que ha registrado la institución en estos últimos cuatro años, un cambio que nunca creí que se lograría". El vicepresidente en funciones reitera que la coalición del pasado mandato "ha tenido unos efectos muy positivos", una opinión que comparte la propia Carmela Silva. De hecho, las relaciones entre los dos partidos han sido fluidas y sin fricciones, al menos públicas, durante los cuatro años.