Los vecinos de la zona de Mollabao, así como muchos de los usuarios y profesionales del centro de salud instalado en el barrio, estuvieron toda la mañana de ayer pendientes de un gato. Un pequeño gatito negro que se vio atrapado en el puente de la autopista, entre el intenso tráfico de la AP-9 y el vacío.

Justo en frente al centro de salud, el pequeño felino no paró de maullar en toda la mañana. Su delicada situación e inminente riesgo de caer y morir o verse atropellado por un vehículo tuvo en vilo a muchas personas que mostraron también su enfado por que, a pesar de las reiteradas llamadas a distintos cuerpos de seguridad, medios de emergencia, servicios de mantenimiento de la carretera y 112, nadie acudió en ayuda. Solo los bomberos de Pontevedra se prestaron a ir si algún medio policial aseguraba la autopista para que pudieran recoger al gato, pero no fue posible.

Es por ello que fueron los propios vecinos los que, cuando ya pasaban de las dos de la tarde, tomaron la iniciativa y decidieron plantarse en la AP-9, parar el coche y recoger el gato. Ya habían pasado por allí, pero la circulación era muy densa y desistieron a la espera de la respuesta de las fuerzas de seguridad, que no se produjo. Mientras tanto, abajo, personal del centro de salud y vecinos improvisaban una lona que hiciera las funciones de red salvavidas para el pobre animal en caso de que se cayera cuando lo intentaban coger.

Finalmente una pareja lo pudo recoger y ponerlo a salvo parando su coche en la autopista.