La Policía Local de Pontevedra tuvo que intervenir en la mañana de ayer como consecuencia de una nueva agresión de un perro de raza potencialmente peligrosa a otro can de menor tamaño. Hace un mes se produjo un episodio similar en Loureiro Crespo.En esta ocasión se da la casualidad de que fueron testigos de excepción de lo sucedido varios miembros de Partido Socialista de la ciudad y uno de ellos, la concejala Paloma Castro, se convirtió en protagonista involuntaria del suceso.

Además, se da la circunstancia de que precisamente Paloma Castro es la edil que va a ostentar la concejalía de Benestar Animal en el nuevo gobierno local de Pontevedra. La concejala intervino junto con otro miembro del equipo socialista para intentar frenar la agresión de este perro peligroso a otro de menor tamaño y su actuación fue clave para lograrlo y minorar las heridas que sufrió el animal.

Según testigos presenciales, los hechos se produjeron en torno a la una de la tarde en la Alameda. Al parecer, este perro de raza potencialmente peligrosa (un american staffordshire terrier) se encontraba suelto y aunque portaba un bozal de tela este artículo claramente no ejercía sus funciones dado que se le caía constantemente.

En un momento dado el american staffordshire se enzarzó y mordió en la cabeza al can de menor tamaño ante la desesperación de la propietaria que solicitaba ayuda para evitar que el mayor de los animales acabase matando a su mascota. Fue en ese momento cuando intervino la concejala socialista y otro miembro del equipo (se encontraban en la zona tras asistir a un acto contra la violencia machista en la Diputación) que echaron agua sobre el perro agresor y lo lograron apartar utilizando una silla, consiguiendo al final que soltase al can que tenía apresado entre sus dientes.

La dueña del animal más pequeño dio aviso de lo sucedido a la Policía Local que levantó un atestado. Los agentes procedieron a identificar al propietario del perro de raza potencialmente peligroso y le denunciaron por no llevar el correspondiente bozal, dado que el que utilizaba no cumplía sus funciones. Además, la dueña del animal que sufrió el ataque posteriormente llevó a su perro a un veterinario para que lo atendiese de las heridas sufridas, entre ellas una en la boca de la que manaba sangre.Segúnla Policía Local, iba a estudiar la posibilidad de reclamar en materia de responsabilidad por el coste de la atención médica que necesitase su mascota.