Cientos de vecinos de todas las edades participaron ayer en la marcha contra Ence convocada por la Asociación pola Defensa da Ría (APDR), una jornada reivindicativa y festiva cuyos protagonistas, más que nunca, confían en el fin de la concesión de la pastera y su salida de la ría de Pontevedra.

"Es probable que esta sea la última", deseó Antón Masa, presidente de Defensa da Ría, al dar la bienvenida a los asistentes, que rubricaron esa aspiración con una ovación. Ellos representan, añadió en su intervención el ecologista, "la mayoría social" que afronta "uno de los momentos más trascendentales" de la lucha por el cierre de la celulosa.

"Estamos más cerca que nunca de la recuperación de lo que nos arrebataron con bayonetas", aseguró Masa reafirmándose en las declaraciones que realizó ante los medios y en las que expresó su convicción de que ganarán los recursos ante la Audiencia Nacional, contra "una prórroga ilegal" concedida por el gobierno en funciones de Mariano Rajoy, de modo que "el pasado año fue la primera marcha sin Elnosa y ésta seguro que será la última con Ence".

"Debaixo da fábrica están as praias", "Hoxe Elnosa, mañá Ence", "Conservar as rúas, garantía de futuro" o "Máis fragas, menos plantacións" fueron algunas de las pancartas de los manifestantes.

Partieron de las alamedas de Pontevedra y Marín para transitar por la autovía y juntarse ante la fábrica, donde se leyeron los manifiestos.

Los recibió un dispositivo de seguridad y también un mensaje que se emitió por megafonía en el que la empresa reitera sus argumentos sobre la continuidad de la fábrica y que fue saludado con abucheos.

Marcharon por la fachada marítima, cortada por unas horas al tráfico, el alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, al frente de la práctica totalidad del nuevo grupo municipal, el de Poio, Luciano Sobral, o el portavoz nacional de Anova-IU, Antón Sánchez. También lo hicieron representantes de colectivos ecologistas como Greenpeace, Adega o Equo y de las plataformas de Defensa de la Ría de Vigo y contra la mina de Touro, entre otras ya que la movilización contó con el respaldo de numerosas organizaciones ecologistas, sociales, vecinales y deportivas.

El alcalde capitalino y también la organización incidieron en que la oposición a la celulosa es "la lucha por la recuperación de la ría y de nuestra economía" ya que, lejos de ser un motor, "Ence es el freno" de la comarca que impide "la explotación racional de los sectores productivos de la ría, del turismo y del monte, hoy lleno de eucaliptos".

No ocultan su malestar por las "compras de voluntades", "mentiras" y "chantajes". Están intoxicando, afirman "cuando dicen que las bateas o las explotaciones de acuicultura en dominio público tendrán que cerrar por la decisión de Costas. Es una falsedad, esa decisión no afecta a las instalaciones".

Añaden que también se busca confundir cuando se habla de "inseguridad jurídica", dado que los actuales propietarios de Ence "sabían que en 2018 tenían que abandonar Lourizán y por esa razón compraron la fábrica a precio de saldo; no se puede olvidar la diferencia entre una concesión (que tiene un horizonte temporal limitado) y una propiedad privada".