En el Centro de Recursos Educativos, CRE, de la ONCE se intentan minimizar en lo posible las dificultades para los examinados con discapacidad.

David Ferrín, natural de Pontevedra, está diagnosticado de síndrome de asperger, que provoca problemas con la motricidad y el movimiento, lo que afecta, por ejemplo a la caligrafía. Por ello se le permite utilizar un ordenador en algunas de las pruebas.

"De momento estoy bastante contento con el resultado y el trato que se nos ha dado; la gente ha sido muy amable y muy atenta", asegura este joven estudiante del Sagrado Corazón de Pontevedra.

Tiene claro que quiere estudiar el doble Grado de Física y Química o el de Física, "depende de la norte de corte y de la gente que se presente".

Y un ordenador también tiene que usar David Núñez, de Ourense. "Con los dos brazos rotos (por una negligencia médica) no puedo escribir a mano durante un tiempo prolongado", explica.

Todavía no tiene claro qué quiere estudiar: "he aprendido a no hacer planes de futuro".