Tras perder el acta de concejal y la representación de su grupo en la corporación municipal, el portavoz de Marea Pontevedra, Luís Rei, admitía que para la agrupación el resultado no ha sido el esperado y lo atribuye a que la confluencia de la Marea de Pontevedra ha estado durante una buena temporada "asistiendo al espectáculo de las discrepancias internas", que ha socavado su imagen ante el electorado. Un tiempo mal invertido, que para Rei no tuvo más sentido que "crear ruido y furia", que finalmente se resolvió con una ruptura cuyas consecuencias se han evidenciado en los resultados del pasado domingo, tanto para Marea como para su antiguo socio, Podemos y Esquerda Unida.

Esta ruptura "era claramente la peor de las soluciones", entiende Luís Rei, ya que ha devuelto el "minifundismo" a la política gallega y también el "minifundismo político" para las personas que se sitúan a la izquierda del PSOE, y que se tradujo en la presentación de candidaturas que competían entre sí, en lugar de sumar esfuerzos y apoyos.

"En las ciudades en las que Podemos continuó integrado en las Mareas, aunque los resultados no fuese plenamente satisfactorios se mantuvo una presencia importante, mientras que en las tres ciudades donde eso no se logró y Podemos presentó una lista propia, el resultado fue que quedó fuera Podemos y quedaron fuera las Mareas, eso es lo que ha ocurrido", resume el portavoz de Marea de Pontevedra.

División

En las elecciones municipales de 2015, con apenas recorrido político ni gran conocimiento entre la población, Marea Pontevedra se convirtió en la cuarta fuerza del municipio y entraba en la corporación municipal con las dos actas de concejal que le proporcionaron un total de 3.222 papeletas, el 8,14% de los votos emitidos.

Tras esta fulgurante entrada en la corporación, Marea de Pontevedra iniciaba un camino que tenía como objetivo alcanzar el gobierno local cuatro años después, o al menos ser una parte imprescindible para conformarlo.

El pasado 26 de mayo la formación que lidera Luís Rei obtenía un total de 1.492 votos, el 3,60 por ciento del total, mientras que su escisión, la coalición Podemos-EU-Son En Común se llevaba los otros 1.260, también un 3,04 por ciento de los sufragios, con lo que ninguna de las dos formaciones logró un acta de concejal.