Doce personas enfermas, seis de ellas del Sanatorio de Santa María y otras seis en domicilios particulares, recibieron ayer la comunión en sus residencias durante la procesión pascual, más conocida como "el Viático", que pasa sobre bonitas alfombras de flores elaboradas por los vecinos.

La comitiva partió de la parroquia de Santa María y estuvo compuesta por numerosos vecinos, representantes del Gremio de Mareantes y autoridades de la Escuela Naval Militar, que también aportó a la banda de música.

"La comunión pascual es la que se da a aquellos enfermos y personas que no pueden salir de sus casas. Desde siempre en tiempo de Pascua se llevó la comunión fuera de los templos", explica el párroco de Santa María, Javier Porro.

Grupos de voluntarios

Aunque hay cierta tendencia a llamarla la procesión del Viático, este en realidad se refiere a aquellos casos en los que el fallecimiento de la persona que comulga estaría cerca. Por el contrario, la comunión pascual es la recibida por enfermos de todo tipo, incluso leves.

Colaboran con esta procesión diferentes entidades de la comarca, pero los imprescindibles son los vecinos. También participan desde la Adoración Nocturna y la catequesis.

Porro asegura que durante todo el año son dos grupos de voluntarios, cerca de una veintena de feligreses, los que se ocupan de localizar a las personas enfermas. Son la Legión de María y la Pastoral de la Salud. En ambos casos visitan a las personas que no pueden salir de sus lugares de residencia para cuidarlos y acompañarlos. "Son estos voluntarios los que nos facilitan la información y hacen posible que se pueda llevar a cabo la procesión con conocimiento de las personas que desean recibir esa comunión", indica. Todos ellos son confesados días antes por el sacerdote.

Este acto religioso se lleva a cabo en las parroquias católicas, aunque no en todas con la misma solemnidad. La de Santa María es una de las que conserva la tradición más pura, con la procesión sobre las alfombras de flores y colores elaboradas por los niños en las calles, sobre las que después pasará la comitiva.

"No es algo solo propio de aquí", aclara Javier Porro. "Los curas lo siguen haciendo porque se considera que si una persona no pudo venir a comulgar tiene derecho a hacerlo. Eso sí, todas son confesadas con anterioridad".

Hasta San Roque

La procesión salió desde la basílica de Santa María hacia Xan Guillerme y San Roque. Por el camino hizo parada en las casas de los citados enfermos. La mayoría del recorrido discurre por el antiguo barrio de A Moureira, que se extendía extramuros entre las parroquias de Santa María y San Roque. Ayer el buen tiempo bendijo la procesión, por lo que contó con una participación interesante de feligreses.