Una ceremonia que rebosó acción, alegría y mucho deporte. La apertura del Mundial de Triatlón de Pontevedra llenó la plaza de España hasta la bandera: atletas, autoridades, turistas y vecinos animaron un divertido y espectacular acto de inauguración que se inició con un desfile de las 52 delegaciones nacionales que compiten en las pruebas. Casi 4.000 deportistas recorrieron las calles que llevan de la Peregrina al antiguo consistorio luciendo sus banderas y arropados por vítores.

España cerró el desfile de apertura y dio paso a los discursos inaugurales del presidente de la Federación Española de Triatlón José Hidalgo, la presidenta de la Diputación de Pontevedra Carmela Silva, el vicepresidente de la Xunta Alfonso Rueda y la presidenta de la Federación Internacional Marisol Casado. Todos destacaron la relevancia de atraer el evento deportivo más importante de la disciplina a Pontevedra y alabaron y animaron a los deportistas que estos días participarán en las cinco modalidades que se disputan: triatlón cross, triatlón de larga distancia, duatlón standard y esprint, aquatlon y aquabike. Tras las autoridades, la atleta pontevedresa Saleta Castro realizó el juramento de deportistas y jueces, por el cual los participantes se comprometen a competir de forma limpia y honesta.

Acrobacias de vértigo para inaugurar el Mundial de Triatlón de Pontevedra

Acrobacias de vértigo para inaugurar el Mundial de Triatlón de Pontevedra

El colofón de la gran fiesta de apertura fue el espectáculo acrobático dirigido por Pablo Méndez. En él, varios bailarines y bailarinas realizaron una danza en el aire colgados de dos esferas sostenidas por una grúa. La fuerza de la música, la elegancia de los intérpretes, su flexibilidad y sus piruetas maravillaron al nutrido público.

Piruetas de altura para abrir el Mundial de Triatlón de Pontevedra

Piruetas de altura para abrir el Mundial de Triatlón de Pontevedra

El riesgo jugó un papel vital en lo impactante del espectáculo ya que los bailarines realizaron complejos ejercicios gimnásticos agarrándose de la esfera metálica apenas por una de sus extremidades a varios metros de altura del suelo. Su esfuerzo y destreza mereció los elogios y entregados aplausos de los asistentes.