El albergue de peregrinos de la calle Otero Pedrayo está prácticamente lleno todos los días de esta Semana Santa y hubo jornadas en las que fue necesario habilitar el pabellón de A Xunqueira para que pudieron pernoctar varios grupos numerosos. Y es que después de unos primeros meses titubeantes en el Camiño Portugués en cuanto al número de caminantes, la llegada de la Pascua ha disparado una vez más su afluencia, lo que supone un respiro para los albergues privados cada vez más abundantes en la ruta, incluida la ciudad de Pontevedra.

En esta ocasión, los caminantes tienen que sortear una carrera de obstáculos a su paso por el casco urbano debido a las obras de reforma en dos tramos del recorrido: la rúa do Gorgullón y el puente de O Burgo. Afortunadamente, los trabajos en Virxe do Camiño, en tercer sector remodelado en los últimos meses, ya está disponible. Los peregrinos optar en unos casos por caminar entre las zanjas y máquinas, y en otras buscan recorridos alternativos.

Todos ellos tienen el objetivo de llegar a Compostela el fin de semana y hacen parada en el albergue o en otras plazas para dormir. La instalación de Otero Pedrayo aguarda por su ampliación para pasar de 70 a un centenar de camas. El exceso se solventa con el pabellón de A Xunqueira, pero solo para grupos organizados en los que un responsable se haga cargo de abrir y cerrar el recinto.