Es un proyecto que comenzaron a tramitar hace varios años como una de las actuaciones para poner en valor el monte de San Martiño, recuperado a la Brilat por los comuneros de Salcedo. Fue necesario tramitar un sinfín de permisos, desde Patrimonio Cultural hasta el Ministerio de Defensa. Y ayer concluyó un largo peregrinaje administrativo. La comunidad de montes de la parroquia logró ayer la licencia municipal para ejecutar una aldea neolítica en Outeiro das Mouras, en el monte de San Martiño.

Se trata de un proyecto etnoarqueológico que pretende divulgar la riqueza de la zona en mámoas, petroglifos y otros restos prehistóricos. Y para ello, se puso sobre la mesa la idea de levantar varias cabañas similares a que utilizaban aquellos antiguos pobladores, y del estilo, por ejemplo, de las recreadas en el Parque Arqueológico de Campo Lameiro, según recordó ayer el presidente de los comuneros, Fernando Pintos.

Desde hace meses el colectivo dispone de una subvención del Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) que cubre el 66% de la inversión total, que ronda los 50.000 euros. Esta ayuda corrió peligro de perderse debido al retraso de los informes y permisos. En su día se concibió la aldea neolítica como "la reproducción de un asentamiento" de aquella época "de 3.146 metros cuadrados delimitado por una empalizada de madera, que contará con varias réplicas de edificaciones históricas y estructuras de almacenamiento y cercados para los animales -una cabaña comunal, tres más pequeñas, dos canastros...- que servirán de espacios multifuncionales dedicados a la arqueología experimental con actividades didácticas sobre la prehistoria, la antropología y la educación mediambiental.

Esta subvención, para la que incluso fue necesario depositar un aval, debe estar justificada el próximo mes de octubre, por lo que para entonces las cabañas tienen que estar ejecutadas. Pintos señala que la empresa encargada ya dispone del material y confía en iniciar las obras en pocas semanas, una vez conformada ayer la licencia municipal, el último trámite pendiente.

Durante más de un año se aguardó por los informes sectoriales necesarios, entre ellos el más completo, el de Patrimonio de la Consellería de Cultura. Al encontrarse la superficie muy cerca de los petroglifos de la parroquia -los más destacados del municipio- fue preciso realizar sondeos y establecer cautelas arqueológicas por si bajo tierra aparecen restos de un asentamiento o de un yacimiento a proteger.

No todos los departamentos implicados registraron la misma tardanza. Fernando Pintos recuerda que el Ministerio de Defensa fue el más ágil. También hubo que conseguir el visto bueno del Servicio Provincial de Montes.

Esta aldea neolítica forma parte de una actuación mucho más ambiciosa que busca dotar a todo el entorno de unas instalaciones deportivas que serán financiadas por el Concello y que en una primera fase incluyen la construcción de un campo de fútbol y también de una edificación que acoja un centro de interpretación, que precisamente sirva de complemento a este poblado prehistórico.

Pintos subraya que el objetivo último es organizar unidades didácticas con los escolares para difundir la riqueza patrimonial de la zona ya que alrededor de las futuras tres chozas hay petroglifos y yacimientos y los comuneros quieren completar la actuación con esa aula de interpretación que ofrezca a quien se acerque una información más detallada. Esta edificación será posterior pero que se considera necesaria para complementar el proyecto global previsto en los antiguos terrenos del Campo de Tiro de la Brilat.