La Biblioteca Pública fue escenario en las últimas semanas de las Xornadas de Autoprotección Femenina, un programa impartido por Bernardo López que busca familiarizar a las participantes con técnicas básicas de defensa y autocuidado en caso de una potencial agresión.

- ¿Qué se imparte en este tipo de monográficos sobre defensa personal?

-Básicamente lo que se busca es que aprendan técnicas básicas que les ayuden a salir de una situación comprometida. Hablamos de técnicas muy básicas, muy sencillas pero que realmente funcionan.

- ¿Frente a un ataque, y dado que generalmente los varones son más fuertes, tiene en realidad posibilidades una mujer?

-Depende mucho del tipo de agresión del que estemos hablando, puede ser un robo, un atraco, una pelea, una agresión sexual, un intento de violación, un episodio de violencia doméstica, y en función de todo ello sus posibilidades varían. En un monográfico como este lo que buscamos es impartir unas nociones, no da tiempo a abordar mucho más.

- ¿Cuál es la principal recomendación que da a sus alumnas?

-La principal recomendación en la protección personal de una mujer es la prevención, intentando evitar los escenarios de riesgo. Y, claro, habría que determinar en cada caso, por ejemplo si hablamos de violencia de género o de una agresión sexual en la calle, son situaciones muy distintas que se enfocan y trabajan de otra manera desde la perspectiva de la seguridad.

- ¿Qué movimientos y técnicas se trabajan en las clases?

-Trabajamos a partir de una base de defensa personal, tenemos técnicas de krav magá ( el sistema de lucha de las fuerzas de defensa israelíes) evidentemente, pero no se incluyen técnicas por ejemplo de artes marciales, básicamente porque desarrollar esas técnicas supone toda una vida de aprendizaje. Hay que pensar también que el krav magá no es un arte marcial, es un sistema de lucha que procede de Israel, el krav magá no es bonito y lo que se busca es la rapidez, la eficacia, hacer el máximo daño posible y en el menor tiempo posible.

- Nada que ver con el deporte o con una práctica estética

-No, no, para nada, es más, lo bonito no funciona ( sonríe).

- Deduzco que el principal objetivo será enseñar a las mujeres estrategias que les permitan ganar unos segundos

-Si, los primeros segundos son fundamentales, aquí no podemos hablar de un margen mayor, incluso a veces ni podemos hablar de segundos, hablamos de décimas para reacciones. Hablamos de que si nos agarran con una mano hay que actuar instantáneamente, porque si le damos tiempo al agresor las mujeres están perdidas.

- Afirma que sus cursos deberían de ser la última opción

-Todo esto debería empezar por los niños, lo primero que deberíamos hacer es educar al hombre, la defensa personal debería ser lo último, la última opción a la que recurrir. Desconozco por qué sucede la lacra de la violencia, si se trata de un fallo en la educación o en otro ámbito, pero pienso que inicialmente debería atacarse desde la escuela, explicar a los niños desde pequeños que es lo mismo un hombre que una mujer, que no hay diferencias. Y a partir de ahí la defensa personal, llegar a las manos, debería ser lo último, claro.

- ¿A sus cursos acuden mujeres maltratadas?

-No necesariamente, hay de todo, hoy en día estamos en una sociedad en donde por desgracia esto es una lacra y vienen a los cursos de defensa personal todo tipo de mujeres, desde mejores de edad a mayores. En otras ocasiones sí que hemos dado cursos pensados específicamente con víctimas de violencia de género, son cursos que se enfocan de otra manera, pero en este caso vienen de todo tipo de perfiles desde los 17 a los 60 años.