Rafael Domínguez, portavoz del PP, describió un panorama apocalíptico si Ence desaparece y llegó a asegurar que el impacto de cierre "sería para Pontevedra el doble de lo que supondría para Vigo la marcha de Citroën". En un discurso que los demás grupos tacharon de "ensayo de un mitin", el candidato popular a la Alcaldía insistió en calificar a Lores como "el alcalde del paro", en acusar a Pedro Sánchez de "odiar a Galicia" y provocar entre todos que "mucha gente lo está pasando mal".

Echó en cara del PSOE que "dé falsas esperanzas de un traslado imposible" y mencionó la crisis que afecta a Alcoa. Al respecto, también se preguntó por las razones por las que Ana Pontón (portavoz del BNG) "defiende a las empresas coruñesas de Alcoa y Poligal pero no a Ence", cuya marcha supondrá "el cierre de decenas de empresas, de comercios y de locales y dejará al Puerto de Marín sin el 60% de su actividad".

También mostró sus dudas de que la actividad marisquera o turística de la ría pueda cubrir el hueco laboral que deje la pastera en Lourizán. "No hay ningún estudio que o avale", aseguró.

Desde BNG, Marea y sobre todo el PSOE, se insistió en que el traslado "dentro de la comarca" es la "única manera de dar seguridad a los trabajadores, cumplir la ley, proteger el medio ambiente y reparar la cacicada de la prórroga", según Iván Puentes.

También hubo controversia sobre los informes de la Abogacía del Estado a favor (2015) o en contra (2018) de la prórroga. El PSOE dijo que el primero no era un informe jurídico "sino un formulario", mientras que el PP insistió en ese "cambio de criterio" y acusó al Gobierno central actual de "menospreciar a los trabajadores y mentirles" al ser recibidos por el "ayudante del ayudante y decir que no existía un informe que sí existe".