El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reclamó ayer al Gobierno central "sensibilidad, respeto y no frivolizar" con sus decisiones que "castigan" a empresas gallegas como Alcoa o Ence porque aseguró que "es muy difícil construir unas industrias y muy fácil destruirlas".

"Espero que no juguemos con la industria, porque es el futuro de una sociedad", añadió y recordó que se trata de firmas que elaboran productos y transforman materia prima en Galicia.

La de ayer fue la primera movilización de los trabajadores de Ence para defender la continuida de la planta de Lourizán pero no será la última. Ana Cedeira, presidenta del comité de empresa de oficinas de la fábrica de Pontevedra, explicaba ayer que su objetivo con esta movilización era "visibilizar que nosotros somos personas, somos trabajadores que vamos a luchar por mantener nuestros puestos de trabajo".

Resaltó que ayer no se les permitió intervenir en el pleno de la Diputación, pero que insistieron en asistir como público igualmente "porque queremos que los políticos nos vean las caras, que sepan que somos padres y madres de familia que estamos luchando por el pan y el futuro de nuestros hijos".

En este sentido, advirtió que "nos van a ver aquí en la Diputación, en las calles, en donde haga falta" e incluso volvió a señalar que se plantean acudir a los tribunales para defender la continuidad de la pastera en Lourizán. "Vamos a seguir luchando por nuestros puestos de trabajo", explicó.

Por su parte, el presidente del comité de fábrica, Ignacio Acuña, destacó que en la junta general de accionistas celebrada el jueves en Madrid se confirmaron los peores augurios para la fábrica de Pontevedra, motivados por la situación de inseguridad jurídica en la que queda la biofábrica tras el cambio de postura de la Abogacía del Estado, que no defenderá la legalidad de la prórroga de la concesión.

Potenciación de Navia

Acuña explicó que "desgraciadamente el mensaje que pudimos escuchar del consejo de administración de primera mano con nuestra presencia allí fue ese, la firme decisión de derivar a Navia gran parte de las inversiones millonarias que tenían previsto realizar en los próximos años en Pontevedra para aumentar la producción". De hecho, el presidente del comité de fábrica recordó las palabras textuales del consejero delegado de Ence, Ignacio Colmenares, quien habló de convertir a la planta asturiana en el "buque insignia" de la compañía en el negocio de la celulosa. Las inversiones en Pontevedra, salvo los 50 millones ya comprometidos para este año, se limitarían a partir de ahora -y mientras no se resuelva el litigio en los tribunales- a las mínimas cuestiones de mantenimiento.

También calificó como "ladrillazo" el apunte final de Colmenares ante la pregunta de un accionista en la que señalaba que, en el caso de cierre de la planta de Pontevedra y si se toma la decisión de construir una fábrica nueva, Ence no invertirá en Galicia, ni tampoco en España, sino en un país que les dé seguridad jurídica.

Acuña insistió en que la empresa califica un posible traslado dentro de Galicia como "inviable".