La otra cara de las misiones de la Brilat
Tanto los militares desplegados en Líbano como los de Mali despliegan numerosas actividades de cooperación que les han permitido ganarse el cariño de la población local

Militares de la Brilib XXX en una colaboración con el Colegio Sagrado Corazón de Marjayoun. // E. M. D.
Pontevedra
Las misiones que desarrollan las Fuerzas Armadas españolas en el extranjero cuentan siempre con una "cara b" que va más allá de las operaciones militares que realizan en estos escenarios en conflicto. Se trata de acciones en el ámbito educativo, social o cultural que ahora también llevan a cabo los efectivos de la Brilat desplegados en Líbano o Mali.
Tal y como explica el teniente Alejandro Garrido, desde la base de Koulikoro en Mali, las tropas desplegadas en este país a menudo hacen de correa de transmisión entre las ONG y otras organizaciones de cooperación para repartir la ayuda o el material que se envía desde España. Se trata de las "patrullas sociales", que visitan todas las poblaciones del entorno y "se identifican las principales necesidades que puede tener cada población en concreto, ayudándoles en todo lo que se puede".

La otra cara de las misiones de la Brilat
Según explican, tanto en Líbano como en Mali están en marcha numerosos proyectos de "cooperación cívico-militar, en los cuales directamente el Ministerio de Defensa invierte en la creación de infraestructura en la región, con proyectos de colegios, guarderías, centros de salud, pozos...", explica Garrido desde Mali.
Lo mismo sucede en Líbano, en donde la cooperación con las autoridades locales es también muy fluida. Durante esta rotación en la que la Brilat lidera el contingente desplegado en el Líbano se han entregado ya a las autoridades obras cofinanciadas como, por ejemplo, la construcción de un campo de deportes cubierto para un colegio en la localidad de Madjal Silim. Según explican fuentes del contingente de la Brilat desplegadas en el Líbano, "sin duda, las acciones de cooperación cívico-militar, los proyectos de mejora de las condiciones de vida de la población, la atención sanitaria y las frecuentes reuniones para entender mejor a los líbaneses, son actividades que nos permiten ganar su apoyo y favorecer así el desarrollo de las actividades operativas".
Y es que, además de la vigilancia de la "Blue Line" en Líbano o la formación de las tropas malienses en Koulikoro, ambos contingentes destacan, sobre todo, la afabilidad de la población local con las tropas, en buena parte también por este tipo de acciones de cooperación: "La primera impresión que nuestro contingente tuvo del Líbano fue la cálida acogida de su población", explican desde la base de Marjayoun. "Su afecto, fruto de nuestro paso por estas tierras desde hace ya más de doce años, nos hace sentir como en casa, gracias a ello y a las relaciones diarias con el contingente, el buen desarrollo de las actividades estaba asegurado", añaden. Explican que la manera de ser de los libaneses, que tienen en común pese a contar con múltiples confesiones religiosas, su "hospitalidad y carácter afable", acaba por "encajar a la perfección con la de los españoles".
Igualdad y asistencia médica
Así, son múltiples las actuaciones de intercambio cultural que se realizan, también de carácter de promoción económica como su colaboración en iniciativas para implantar programas de mejora de rendimiento y productividad del olivo en la zona. Acciones en materia de igualdad para la mujer o de mejora de infraestructuras (durante los últimos temporales de nieve, las máquinas de la Brilat colaboraron para despejar las carreteras que habían incomunicado poblaciones) forman parte también de esta larga lista de iniciativas de colaboración cívico militar". Un dato a tener en cuenta, por ejemplo, es que hasta 2015, por ejemplo, hubo médicos del contingente que realizaron casi 18.000 consultas o se repartieron 44 toneladas de ayuda humanitaria, según los datos de la exposición que Defensa organizó sobre esta misión.
A ello se suma la seguridad que proporciona la presencia de los cascos azules en Líbano, desde donde se resalta que "las patrullas que nuestros soldados realizan sobre la Blue Line garantizan la estabilidad en la zona sur del Líbano, cuya población ha visto pasar la guerra por sus calles, barrios y pueblos, y a la que nuestra presencia da la seguridad de que este largo periodo de cese de hostilidades continuará mientras las fuerzas de Unifil se encuentren aquí desplegadas".
Desde Mali, el brutal atentado suicida que sufrió hace un mes el campo de entrenamiento de Koulikoro tampoco debe dar una imagen distorsionada de la relación entre las tropas españolas allí desplegadas y la población local. Y es que la relación es muy cordial y positiva y, de hecho, se cree que los autores de aquel ataque no eran de la zona en la que se encuentra el campo de entrenamiento de Koulikoro.
En Mali es también habitual la colaboración con las asociaciones María Inmaculada de Bamako o el centro social Madre Bernarda, de Koulikoro en donde se presta atención a más de 380 mujeres que reciben clases de alfabetización, cooperativismo y formación para el empleo, entre otras.
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