La polémica ampliación de la depuradora de Placeres no está descartada pero la Xunta tampoco renuncia a ella. Esta ambigüedad es la que preside, a día de hoy, la postura del PP con respecto al proyecto para duplicar, e incluso triplicar el tamaño de la planta de Lourizán, pero esta posibilidad solo se pondrá "si hace falta" después de los planes sí en marcha para su mejora y para crear un segundo emisario submarino. Así se pone de manifiesto en el debate celebrado ayer en la comisión de Ordenación do Territorio del Parlamento gallego, en la que el PSOE recibió el apoyo de En Marea y BNG para pedir que se descarta esa ampliación.

En cambio, el PP no lo acepta. "No se ha pedido a Costas ninguna autorización para ampliar la depuradora de Placeres porque no hay ningún proyecto en marcha para ello. Se evaluará esa posibilidad en su momento". Así lo aseguró el parlamentario del PP Jacobo Moreira en la Cámara gallega a raíz de la propuesta de la socialista Patricia Vilán, que recordó en su iniciativa que Augas de Galicia anunció en varias ocasiones ese plan para duplicar, e incluso triplicar la actual depuradora de Lourizán, si bien se optó después por aplazarlo, al menos hasta después de las elecciones municipales, ante el rechazo general de vecinos y de todos los grupos municipales.

Aunque la ampliación queda temporalmente aparcada, el PP mantiene los otros dos proyectos de la Xunta para el saneamiento de la ría: la reforma de la planta actual de Placeres, sin ocupar nuevos terrenos, e instalar un segundo emisario submarino, que suman unos 27 millones de euros.

Según el PP, será después de ejecutar estas dos obras cuando se evaluará si es necesaria o no una ampliación.

Vilán también cuestiona esta segunda tubería "porque tampoco se ha pedido autorización a Costas", aunque la Xunta sostiene que no sería necesario, al menos de momento.

A juicio de Moreira, la solución no pasa solo por mejorar la depuradora, sino que también deben implicarse los concellos de Pontevedra, Marín y Poio con "la subsanación de las deficiencias de sus redes de saneamiento, porque a determinadas horas el 30% del agua que entra en la planta es agua de mar".

Además, insta directamente a Poio a definir la ubicación de su propia depuradora. Al respecto, el parlamentario de En Marea, Marcos Cal, sostiene que también habría que exigir lo mismo a Marín "para disponer de una red de instalaciones de proximidad y no una macroplanta en Placeres que rechaza todo el mundo". Este fue el acuerdo finalmente aprobado, solo con los votos del PP.

Luis Bará, del BNG, recordó que en la ría de Arousa hay once complejos de este tipo y nueve en la de Vigo, mientras que en Pontevedra solo hay tres y dos de ellas, las de Bueu y Sanxenxo, se encuentran en zonas exteriores de la ría, por lo que todos los vertidos de Pontevedra, Marín y Poio y parte de Ponte Caldelas y Vilaboa confluyen en un único punto, Placeres, que "está desbordado", según coinciden todas las partes.