El gobierno bipartito tiene claro que el PP va a bajar el porcentaje de votos, y que el hecho de que la derecha se presente con al menos tres siglas diferentes, les penalizará de cara al reparto de actas provinciales.

Por partidos judiciales, desde el gobierno provincial creen que se podría invertir el reparto de los tres diputados del de Cambados, quedándose el PSOE con dos actas a costa de que el PP pierda una por el trasvase de sus votos a siglas independientes, tras el adiós de Salomé Peña en Ribadumia y la irrupción de su ex alcaldesa, Catalina González, como cabeza de lista de Xuntos por Sanxenxo.

Así, PSOE y BNG confían en seguir adelante con un gobierno compartido en el que aseguran sentirse muy cómodos, aunque reconocen que el panorama político en poco se parece al de hace cuatro años. Tampoco ocultan su temor a que el adelanto de las elecciones generales al 28 de abril provoque un tsunami en las municipales. Eso sí, no temen que siquiera despeine a sus respectivos pesos pesados, los alcaldes de las dos principales ciudades de la provincia, Vigo y Pontevedra, a los que auguran mayores sufragios.