El pico de la gripe ha comenzado a remitir en el área sanitaria de Pontevedra y se encuentra ya en el nivel de intensidad baja. Este año, el virus se retrasó y cuando lo hizo no pasó del nivel medio, no llegando nunca al alto. El virus que más ha circulado ha sido el de tipo A.

Desde el Complexo Hospitalario de Pontevedra, CHOP, se advertía que el 40 por ciento de la población cogería el virus, aunque la gravedad del contagio estaría muy relacionado con su condición de grupo de riesgo o no.

El área sanitaria contó con 38.283 personas mayores de 65 años vacunadas durante la pasada campaña puesta en marcha por la Consellería de Sanidade. Representan el 57,44 por ciento del total de los mayores.

El objetivo de la Consellería era alcanzar e incluso superar al 65 por ciento de esta población, pero ha vuelto a quedarse por debajo pese a que la campaña se amplió debido al retraso en la llegada del virus.

Es una de las tasas más bajas de toda Galicia, ya que solo Vigo, con un 55,51 por ciento, se mantuvo por debajo. Las áreas sanitarias de Lugo y Ourense son las que más se acercan al objetivo del Sergas, pero tampoco lo alcanzaron.

Las personas mayores de 65 años, los enfermos crónicos y las mujeres embarazadas son la diana de las campañas cada año, aunque también deben vacunarse aquellos que tengan contacto con numerosas personas, como los trabajadores de la sanidad. La tasa de vacunación entre estos últimos ronda el 40 por ciento, de ahí que Sanidade insista en incrementarla.

Juan Carlos Rodríguez, jefe de Medicina Interna del CHOP, recuerda que cada año sufre la gripe entre un 20 y un 40 por ciento de la población, por lo que hay mucha gente que no la ha sufrido nunca.

Las consecuencias en un mayor no vacunado son que se favorece la entrada de otros gérmenes que no iban a causar infección, desencadenándose una gripe grave.