La estatua dedicada a Ravachol se encargó al escultor José Luis Penado, que la elaboró en hierro y aunque su primera maqueta se presentó en 2004, no se instaló e inauguró hasta febrero de 2006, en pleno carnaval de aquel año. Se eligió la plaza de la Peregrina porque allí estaba la botica de Perfecto Feijóo en la que se hizo famoso el loro. En la base anclada en el suelo una inscripción hace referencia a su muerte en 1913, que dio lugar a un desfile fúnebre-festivo que se rememora en la ciudad cada jornada final del entroido.

No era la primera vez que el monumento dedicado al símbolo del carnaval y escenario de muchas fotografías de turistas registra daños desde su inauguración hace algo más de doce años. En 2010 aparecieron destrozos en una de sus alas, que fueron reparados.

Además, otras esculturas de la ciudad han sido objeto de accidentes o actos vandálicos. Prácticamente ninguna del casco urbano se ha librado de daños como roturas, pintadas o incluso derribos. Un ejemplo claro es la imagen de Valle Inclán en la plaza de Méndez Núñez, que pierde con bastante frecuencia su bastón

Otro conjunto escultórico muy castigado es la Tertulia del Café Moderno en la plaza de San José. La agresión más grave hasta ahora se registró en mayo de 2009 cuando dos jóvenes arrancaron de cuajo la imagen de Manuel Quiroga de su pedestal, algo que intentaron también con la de Carlos Casares.