El gobierno local, por el momento, no se da por aludido. El concejal Demetrio Gómez apela al "diálogo" y por "dejar trabajar a los técnicos" en la propuesta de los taxis bajo demanda. Además, subraya la necesidad de "usar racionalmente los recursos económicos" de modo que no se destinen fondos para "que los autobuses circulen vacíos por el municipio", un argumento que el Concello repite desde hace años para cuestionar el plan de transporte de la Xunta porque en muchos casos no existe demanda para esas líneas.

Según la documentación autonómica, en el áreas de Pontevedra, Marín, Poio y Vilaboa habría 27 líneas con un coste de dos millones de euros anuales, y una aportación oficial de 600.000 euros, pero en las otras seis, que suman 139 lineas más, el coste previsto superaría los 5,5 millones de euros y las administraciones deberían aportar alrededor de 1,8 para hacer frente al déficit cada año.