El proceso de selección del nuevo director o directora del Museo de Pontevedra no ha gustado a buena parte de los trabajadores de la institución provincial. Una representación sindical de Comisiones Obreras ha manifestado públicamente su malestar con la decisión de la Diputación de nombrar el cargo directivo a través de un tribunal compuesto por funcionarios que depositará la última palabra en el diputado de Cultura, Xosé Leal. Acusan al gobierno provincial de dejar al Museo "a merced de la gestión política que toque en cada momento" y de dejar fuera a los técnicos de plantilla, que tan bien conocen el funcionamiento del organismo público.

El vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, respondió al respecto que "a lexislación está como está". Justificó la decisión en que solo hay dos vías posibles para la elección: a través de una oposición "pura e dura" o a través de un cargo directivo. "Eliximos o segundo e fixemos o que di a lexislación, e é máis ou menos o que está nas bases; eu entendo que alguén poida querer que sexa doutra maneira, pero non podemos", recalcó.

Ángela Comesaña y Juan de la Vega ofrecieron ayer la rueda de prensa de la representación de CCOO en el Museo ante la convocatoria de la plaza de dirección y la situación actual del centro. Además de considerar una "tremenda irresponsabilidad" el hecho de haber dejado al Museo de Pontevedra sin dirección "un mínimo de cinco meses", denuncian la "más absoluta falta de respeto hacia el cuadro de personal" por no haber recibido ningún tipo de explicación por parte del diputado de Cultura, "que ni sabe ni contesta".

"Toda la información al respecto la recibió el personal siempre a través de los medios de comunicación, incluida la decisión de dejar en manos de los técnicos de cada sección una serie de responsabilidades que, por otra parte, no están contempladas en sus retribuciones, a pesar de los intentos de negociación para la creación de un organigrama y una guía de dunviones que permitan la mayor operatividad posible del servicio", afirmaron.

A los trabajadores no les han sentado bien las declaraciones ni de Mosquera ni de Leal respecto al futuro director, "con capacidade demostrada doutras institucións", y les recuerdan que se han olvidado de ese grupo de personas que integran los profesionales del Museo. "¿Cierra el señor Mosquera la posibilidad de que pueda suceder a Carlos Valle un miembro de la actual plantilla?", se preguntaron. En este sentido, critican que ni siquiera se haya contemplado la posibilidad de cubrir el puesto de dirección de manera temporal con un técnico superior del propio Museo.

Por todo ello acusan a la Diputación de dejar al Museo a merced de la voluntad política, puesto que el cargo se renovará en función de los objetivos alcanzados y el trabajo realizado. "Se renuncia a recuperar la esencia con la que nació en 1927", apuntan.

"Los gestores políticos deberían tener en cuenta que quien ocupe ese puesto tendrá que trabajar con un equipo y ese equipo somos los que estamos, que conocemos de cabo a rabo al Museo y todo lo que le incumbe y merecemos tanto respeto por nuestra labor como cualquiera con toda la preparación, porque nuestros puestos de trabajo no se entregaron a dedo, todos nosotros pasamos como mínimo por una oposición donde demostramos nuestra preparación y valía", concluyen los trabajadores.

El propio vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, respondió a preguntas de la prensa a las duras críticas por parte de la plantilla del Museo asegurando sentirse sorprendido por su reacción, "porque a dirección do Príncipe Felipe xa se fixo así e non pasou nada", así como la de Mobilidade. "Teñen un resultado espléndido e están funcionando con persoas capacitadas", subrayó.

"Esto demostra que o Museo ten unha gran trascendencia e por iso somos ambiciosos e por iso imos a por unha dirección", añadió.

"As bases son estrictamente elaboradas polo departamento de Persoal, por funcionarios en base á lexislación. O único que queremos é ser ambiciosos", resumió.

Respecto a la posibilidad de que los técnicos del Museo opten a la plaza, César Mosquera les animó: "Que se presenten. Levaríamos unha alegría de que fora xente da casa".