La empresa Ediserpo, adjudicataria de las obras del futuro campo de fútbol de Pontesampaio, dispone hasta mediados de este mes de febrero para reanudar esos trabajos o, al menos, ofrecer una alternativa al Concello sobre un proyecto que permanece paralizado desde hace semanas por la crisis que afecta a la adjudicataria. Una reclamación de la Agencia Tributaria por una deuda de la empresa afecta a la actividad de Ediserpo pero también a otras compañías suministradoras de material para el campo.

Así lo admitió ayer el concejal Raimundo González Carballo, después de que la junta de gobierno desestimada la petición de dos de estas firmas subcontratadas, del sector de la piedra y del hierro de Porriño y Vilagarcía, que reclamaron al Concello el pago directo de más de 140.000 euros que les debe la adjudicataria del proyecto de Pontesampaio. En lugar de abonar esos fondos a Ediserpo, las dos empresas afectabas pedían el abono directo, una modalidad que el Concello dice que no puede hacer.

La paralización de esas obras saltó ayer a raíz de estas dos reclamaciones y González Carballo explicó que el gobierno local aún confía en que los responsables de Ediserpo aún puedan reconducir la situación en sus negociaciones con Hacienda para aplazar el pago de esa deuda. No obstante, dejó claro que se les otorga "un plazo prudencial" para disponer de alguna solución en Pontesampaio que no sería más allá del presente mes de febrero.

Además del campo a orillas del Verdugo, adjudicado por más de un millón de euros, esta empresa también fue seleccionada para ejecutar trabajos de accesibilidad en el Pabellón de Deportes, aún sin terminar y también parados, mientras que sí pudo concluir labores de menor calado en el Pazo da Cultura y en la calle Doce de Novembro.

Las obras del nuevo campo de fútbol de Pontesampaio comenzaron en agosto y hasta ahora está ejecutado un tercio del total, según los cálculos de González Carballo, que es el concejal delegado de esa parroquia. De no reanudarse las obras esta mes, el Concello podría optar por rescindir la adjudicación y sacar de nuevo al concurso lo que resta del proyecto, una vía que retrasaría aún más su conclusión.

Este nuevo campo se ideó con el objetivo de transformar de manera sustancial toda la zona, ya que permitiría derribar el viejo campo, todavía en uso, y extender el espacio de playa y ocio a orillas del Verdugo.

El proyecto fue adjudicado por 1.163.536 euros y su oferta incluyó mejoras en las instalaciones y equipamientos, cinco años de mantenimiento del césped y el derribo del viejo campo. El nuevo recinto se diseñó con un espacio de juego de hierba sintética y "dimensiones homologables" y en el que "se podrán jugar dos partidos de fútbol 7 (ahora 8) al mismo tiempo", según señaló el concejal. La instalación deportiva contará con dos zonas de vestuario para árbitros y jugadores, una grada, cantina, baños público y área de almacenes, todo ello aún sin ejecutar.

El derribo del viejo campo permitiría ampliar la zona de playa del río Verdugo, sus espacios verdes y de juegos infantiles e incluso crear una pérgola deportiva multiusos y ampliar el aparcamiento.