La cada vez mayor presencia en la ciudad de los llamados vehículos de movilidad personal (VMP) como pueden ser los patinetes eléctricos o los "segway" ha abierto el debate sobre su regulación. Un accidente el pasado martes de uno de estos vehículos contra el coche alimentó todavía más la discusión sobre las normativas que se aplican a este tipo de dispositivos.

En el caso de Pontevedra, está en tramitación una nueva ordenanza de movilidad que actualizará la que está en vigor actualmente y que data del año 1989. Evidentemente, una normativa de hace 30 años no contempla de manera específica estos artilugios.

Sin embargo, desde el Concello insistían ayer en que no por ello estos dispositivos dejan de estar regulados por la legislación vigente. Así lo explicaba el concejal de Mobilidade, César Mosquera, quien insiste en que la normativa aplicable ya establece unos límites claros para ellos. Básicamente, las normas aplicables son las mismas que para cualquier otro vehículo, "pois está catalogado como tal" . Para empezar, lo que sí está claro, es que no pueden circular por la acera, sino por la calzada. Y en las llamadas plataformas únicas en las que conviven peatones y vehículos, la fórmula es la misma que para coches, motos y bicicletas; la del respeto al viandante a la hora de circular por ellas.

Diez kilómetros por hora

Es cierto que la nueva ordenanza municipal que se está tramitando regulará de forma específica estos VMP, pero no se deben esperar cambios radicales frente estas normas generales ya indicadas. Inicialmente, lo que se plantea es la equiparación de este vehículo con cualquier coche o moto. Además de no vetar su uso en aceras, a mayores, la ordenanza establece, como hará con las bicis y el resto de vehículos, una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora en aquellos espacios de convivencia con los peatones, así como respetar una distancia de seguridad con los viandantes.

También se impide la circulación de los mismos muy pegados a los accesos a los inmuebles, para prevenir atropellos a los peatones que entren o salgan de los mismos. Se puede plantear también la posibilidad de establecer un límite de edad para su uso y la DGT también está analizando que sus conductores puedan también someterse a pruebas de alcohol y drogas.

César Mosquera señala que es una cuestión en la que, por otra parte, no hay mucho margen para buscar fórmulas distintas a estas dado que estas restricciones "van na liña do que están establecendo tamén as sentencias que está dictando o Tribunal Supremo respecto do uso destes vehículos".

El concejal de Mobilidade de Pontevedra insiste, en cualquier caso, que el uso de estos dispositivos está ya suficientemente cubierto actualmente por la normativa en vigor, mientras no se aprueba la ordenanza municipal: "As normas están claras", apunta, "aínda que é verdad que facelas cumplir todas é algo que podía resultar esaxerado", reconoce. Es decir, no parece que se vayan a poner policías locales a perseguir de forma específica a los dueños de patinetes eléctricos que circulen de forma respetuosa por las aceras; pero sí que la legislación podría servir para resolver aquellos casos de conflicto. "La clave es la convivencia", insistió en varias ocasiones el edil.

Ya hubo sanciones

De hecho, reconoce que ya ha habido sanciones a conductores de estos vehículos por parte de la Policía Local. Si bien, han sido episodios de comportamientos exagerados y temerarios. Por ejemplo, el caso del conductor de un patinete que bajaba por Cobián Roffignac a toda velocidad y además insultando y poniendo en peligro a los viandantes. La multa se le impuso por conducción temeraria.

Sí reconoce que otra cuestión distinta, más allá de la regulación, son las decisiones que pueda adoptar un juez sobre las responsabilidades derivadas de un accidente con uno de estos vehículos o de las coberturas de los seguros sobre los mismos.

En cuanto a la ordenanza de movilidad, Mosquera recuerda que el documento está ya en manos de los distintos grupos municipales para su estudio y que el paso definitivo es que todos los partidos se pongan de acuerdo en cuanto a las conclusiones expresadas en este documento impulsado por el experto Fernando Nebot. El plazo para presentar aportaciones está abierto y una vez que se consiga este acuerdo, el plazo de redacción de la ordenanza no sería excesivamente largo, señala Mosquera.