Ninguna de las dos jóvenes que resultaron agredidas la madrugada del domingo tenía ayer conocimiento oficial de haber sido denunciadas por el joven vilanovés. "Nadie nos ha dicho nada, pero no me preocupa en absoluto. Es falso, totalmente mentira que nosotras nos hubiésemos dirigido a él para nada".

Basa su tranquilidad en la existencia de "muchos testigos, a los que no conocemos de nada y que tuvimos mucha suerte de que estuviesen allí en ese momento".

Además de agradecer la atención y apoyo que les prestaron desde el primer momento, "también les agradezco que denunciaran porque es importante para nosotras sentir ahora ese apoyo".

Para esta joven, que todavía continúa a tratamiento médico y con dolor costal intenso, la principal preocupación ahora son las secuelas psicológicas que la agresión le pueda producir. "Pensé que me sería más fácil superarlo, pero ya han pasado cuatro días y yo sigo con la misma angustia, con la misma impotencia, sin ser capaz de dormir y con mucho miedo".

No alcanza a comprender qué ocurrió para que una noche de fiesta con sus amigos acabase "conmigo en una ambulancia y golpeada".