Antonio Varela, agente de la Guardia Civil, y su esposa, Marisol Peso, son los responsables del diseño y montaje del singular belén que desde hace unos días luce en las instalaciones de la comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra, que ayer abrió sus puertas para que la sociedad en general pudiese disfrutar de una composición de 18 metros cuadrados en la que no falta detalle.

La novedad de este año, el quinto consecutivo en el que se instala el belén, es la presencia de una comandancia de la Guardia Civil, en unas instalaciones de inspiración rural, al igual que el resto de las construcciones que integran la composición y en la que tampoco falta un típico furancho gallego.

"Cada maqueta tiene unas 200 horas de trabajo", confiesa Antonio Varela, que diseña cada construcción antes de ponerse manos a la obra. Una estructura central, forrada posteriormente, y pintada a mano con diferentes acabados son los pasos previos antes de la elaboración de cada una de las tejas que conforman la cubierta de los inmuebles. Un trabajo laborioso y constante en el que este matrimonio invierte buena parte de sus horas libres durante todo el año.

De hecho, el próximo mes de febrero comenzarán a dar forma a su nuevo proyecto: un belén totalmente renovado que dejará de lado el espíritu popular del que luce este año para apostar por algo "más puro, de estilo hebreo, en el que las figuras vayan vestidas con túnicas y tenga un mayor rigor histórico", explica Varela Mourelle, que ayer recibía en la Comandancia de Pontevedra la felicitación y el reconocimiento de todos sus compañeros, de sus superiores y de las personas civiles que se acercaron a disfrutar del belén. "Verlo montado es un orgullo que comparto con mi esposa, que no ha podido acompañarme en esta jornada de puertas abiertas"