Uno de los aspectos que más llamó la atención de los estudiantes fue la explicación que Feijoo hizo de algunos de los topónimos de Ribadumia. Dijo, por ejemplo, que la denominación del ayuntamiento es una conjunción de una forma latina y otra prerromana, y que podría traducirse como "tierras situadas en la ribera del río Umia". Esa es la misma estructura lingüística que tienen pueblos como Ribadulla, Ribadesella o Ribadavia.

Barrantes, por su parte, tiene un origen prerromano -de más de 2.000 años de antigüedad- y podría hacer referencia a los "habitantes de la barra", que es una acumulación de arena que se da en muchas desembocaduras de ríos.

Sobre Besomaño, Vicente Feijoo, declaró que "es un topónimo oscuro, difícil, compuesto de una parte latina y una prerromana", y que exigiría un estudio documental amplio para discernir su significado.

De Leiro, manifestó que es una palabra de origen céltico, y que aludiría a la estructura de esta parroquia como tierras llanas de labor. El académico citó también los casos de Lois y Sisán, que aludirían a los posesores medievales de las primeras viviendas-granjas de dichos lugares.

Los alumnos le preguntaron también por los nombres de lugares que ellos conocen, o en los que viven. Así, en la charla se habló de A Medoña, que hace referencia a los enterramientos prehistóricos, las mámoas; de Casaldarnos, que haría alusión a una casa donde se criaban o vendían asnos, aunque con el tiempo se produjo un rotacismo hacia "arnos"; o de Trastada, que es un lugar donde hay o hubo "tarrastas", que son varas flexibles o mimbres.

Los estudiantes se interesaron también por los conocidos como "topónimos replicantes", como podrían ser Barrantiños con respecto a Barrantes, o A Revoltiña con respecto a A Revolta. Asociaciones y colegios que ya hayan comenzado una recogida del material serán los que testen la "app" en los primeros meses de 2019.