El uroandrólogo del CHOP Manuel Varela acaba de participar en la guía práctica "Siéntete vivo", publicada por el laboratorio Bayer sobre salud sexual masculina. El especialista defiende esta materia y recuerda que es un derecho reconocido por la OMS desde el año 1973. Asegura que la consulta que lleva en el centro de especialidades de Mollabao cuenta con una lista de espera de casi tres meses y que la mayoría de los pacientes acusan problemas de disfunción eréctil.

-Está al frente de una consulta centrada en la medicina sexual masculina. ¿Tiene demanda por parte de los usuarios del área sanitaria?

-Mucha demanda. La prueba está en que tenemos una lista de espera para atender pacientes de casi tres meses. Eso ya demuestra que hay demanda. No solo vienen de Atención Primaria, sino desviados también de otros servicios: Urología, Digestivo, Cirugía General, Neurología, Medicina Interna... La cirugía oncológica de cáncer de próstata, por ejemplo, deja muchas secuelas como las disfunciones sexuales, que hay que seguir vigilando y tratando.

-¿Cuál es el perfil del paciente que se acerca por la consulta?

-Es un perfil muy variopinto. Tenemos gente de todas las edades, desde los 25 años, que acusan eyaculación precoz. En estos casos les tienes que hacer ver que su relación sexual tiene que cambiar. Hay una técnica de aprendizaje que llevan los psicosexólogos y un tratamiento de apoyo farmacológico que retrasa la eyaculación. Si tienen paciencia y constancia, el 90 por ciento de los casos mejoran, pero, eso sí, en tres o cuatro meses. Pero la cuestión más prevalente es la disfunción eréctil. Es la que se lleva la palma con el 50 o el 60 por ciento de las consultas. A todo ello hay que añadir los problemas de pareja, los de falta de deseo, disfunciones orgásmicas...

-Mencionaba antes las secuelas de la cirugía oncológica...

-Cáncer de próstata, de recto... dejan en un 90 por ciento largo de los casos disfunciones sexuales, que tienen que ser tratadas porque la vida del paciente ha cambiado. No asumen tener disfunción eréctil y algunos son jóvenes. Con la cirugía hay un daño inevitable, ya que se cortan nervios, vasos... y esa vía que iba directa para lograr la erección ahora no la hay. Hay que buscar una paralela y algunos pacientes responden y otros no. Hablamos por ejemplo de la rehabilitación peneana.

-¿Es la solución?

-No en todos los casos. En algunos es necesaria una prótesis.

-¿Se colocan en el área sanitaria de Pontevedra?

-Sí, pero se filtran mucho porque son muy caras, rondan los 10.000 euros. Se ponen tres o cuatro al año.

-¿Son reacios los hombres a acercarse a la consulta?

-Muchos vienen acompañados por sus parejas. Cuando vienen ellas la posibilidad de mejora terapéutica de la relación sexual de pareja es muy buena porque las mujeres también participan, saben lo que tienen que hacer y tienen un rol muy importante. Ellos reciben informaciones que luego se las transmiten mal a ellas. La pareja tiene algo que decir también, y hablamos también de las parejas homosexuales, que también vienen a consulta. El 82 por ciento de los hombres acuden solos a las consultas y ellas se quedan fuera.

-¿Pesa el machismo?

-En los casos de hombres de más de 60 años sí, que defienden su "hombría" y han recibido una educación muy desfasada ahora.

-¿Qué otras causas tiene la disfunción eréctil?

-La polimedicación. Hay gente muy medicada: los que han sufrido accidentes cerebrovasculares, los hipertensos, los diabéticos...Según la medicación que les den, a largo plazo, genera problemas. No podemos olvidar a los pacientes psiquiátricos, con antidepresivos a largo plazo. Los medican tanto que se olvidan del sexo.

-¿De qué modo influyen los hábitos de vida en la salud sexual del hombre?

-El consumo de droga sí. No podemos olvidar que la gente consumidora de marihuana y cocaína provoca una sobrecarga adictiva corporal por la cual su mente se trastoca y al final no responden. Ese deseo no es real y no tienen las erecciones que deberían tener o tienen una vida sexual muy limitada, muy justa para la vida en pareja.

-¿Y la obesidad?

-Los hombres obesos se fatigan antes porque respiran peor y, generalmente, tienen un déficit de testosterona. Un diabético mal llevado también puede tener una disfunción sexual a largo plazo, no al principio de la diabetes.