- ¿Ha visitado ya los "foxos de lobo" que se conservan en Cerdedo-Cotobade?

- No he podido visitarlos todavía, porque hemos estado liados con la jornada, pero por lo que he visto de ellos son una auténtica maravilla. Algunos están muy bien conservados, por lo que he visto en fotos. Esas cosas hay que preservarlas, porque forman parte de la historia, de lo que somos, la verdad me parecen increíbles.

- ¿Desde aquellas grandes batidas de lobos hasta hoy han cambiando mucho las cosas no?

- Antes existía la junta de extinción de animales dañinos y desde toda la administración pública se pagaba por matar a prácticamente todos los depredadores. Uno iba a un ayuntamiento y le daban un dinero por llevar los restos de cualquier depredador; y en ese sentido claro que han cambiado mucho las cosas. Antes no solo se pagaba sino que también estaba bien visto. Pero ahora tampoco podemos pasar al extremo opuesto donde no se pueda hacer ningún tipo de gestión de la especie. Yo creo que tiene que haber un término medio. El mundo ganadero tiene que aceptar un porcentaje pequeño de pérdidas por vivir en un entorno salvaje, el que hay depredadores como puede ser el lobo. Pero también el mundo ecologista tiene que aceptar que se tiene que poder hacer una gestión del lobo, sobre todo de lobos que causan daños de forma repetida como última medida, una vez que se han utilizado ya medios de prevención de daños. Porque cuando no queda otra tienen que estar abiertos a que eso se pueda hacer.