Elena Buch y Harry Price centraron el foco informativo de los incendios de hace un año en Ponte Caldelas. En su pequeño paraíso en A Ínsua convirtieran en un hogar para ellos y sus tres hijos una pequeña casa de madera complementada con el interior de un autobús convertido en salón. Todo se lo llevó el fuego. La familia tuvo que trasladarse a una vivienda facilitada por el Concello en Caritel, de la que todavía entregó las llaves la semana pasada.

"Aquí es donde queremos vivir pero no voy a negar que da miedo. Cada vez que escuchamos pasar los helicópteros por aquí revivimos aquella dramática noche". Y es que el reciente incendio en Mondariz ya les puso en alerta. "Subimos a lo más alto para ver la evolución del fuego. Es de pánico".

Elena Buch es de las pocas afortunadas que pudo justificar con facturas sus pérdidas. A pesar de ello tiene recurrida la resolución por considerar que la cantidad que le asignan es muy inferior a la que le corresponde. "Es irrisoria".

Mientras tanto, y tirando de creatividad y de la solidaridad de sus vecinos, ha logrado reconstruir su hogar, donde ya está de nuevo instalada toda la familia.

Lo ha hecho con cambio de concepto con respecto al entorno, lo que ella define como "deseucaliptación".

Y es que Elena Buch y Harry Price han realizado una tala exhaustiva alrededor de su vivienda, en un intento de erradicar el eucalipto, limpiando el monte para que vuelva a ser productivo, a la vez que asegura su vivienda con un perímetro de protección. "Escuchas decir que esta tierra daba maíz, daba patatas, y ahora ves esto lleno de piedras y de roca y te parece increíble que aquí pueda nacer algo".

Pero lograrlo es su objetivo. Y para ello convoca periódicamente jornadas, a las que acuden una media de 40 voluntarios, que arrancar los nuevos eucalipto que van naciendo.