La peor campaña de captura de salmón que se recuerda en el coto de Monte Porreiro. En los cuatro meses en los que fue posible pescar al "rey del río", entre el 1 de mayo y el 31 de julio, únicamente hubo dos capturas reglamentarias. Es la cifra más baja desde hace dos décadas, si bien entre 1996 y 2002 este coto estuvo vedado.

Esta cifra tan baja de capturas, muy lejos del cupo de diez ejemplares previsto para toda la campaña por la Xunta, no se registraba desde 2003 (también hubo ese año dos capturas) pero progresivamente fue aumentando la población hasta alcanzarse 16 en 2006, catorce en 2015 y 15 en 2016, cuanto el tope máximo por temporada era precisamente de quince. Ya al año siguiente, con el tope reducido a diez, apenas hubo cinco ejemplares pescados y ahora el resultado es aún peor.

Las opiniones de los aficionados son de todos los gustos, desde un descenso de población y una mala situación del río, hasta que se trata de un fenómeno cíclico. Así lo apunta Manuel González, que confía en que la situación se recupere en próximo años. Tras admitir que "el salmón está bastante en declive", este experto insiste en que esta especie "es muy cíclica y pueden pasar varios años de buenas entradas y llega otra campaña que falla por completo".

Además, cree que se trata de una situación "que se produce en todos los días". Él mismo lo sufrió en sus salidas a pescar. "Fue una vez al coto de Monte Porreiro y ni los vi, y me pasó lo mismo en el Eo".

En plena campaña, los aficionados que habían logrado permiso en el Lérez ya decían que "este año está siendo flojo, y no solo aquí, sino también en zonas como Asturias o León". Así lo decía José Maquieira, que se hizo con el "campanu" en mayo pasado.

El descenso de capturas se registró de hecho en casi todos los cotos salmoneros. Ocurrió este año en el Eo, el Masma y el Ulla y solo aumentó en el Mandeo y el Miño.

En cambio, el reo, la otra especie que se puede pescar en las mismas fechas que el salmón, sí mostró este año una notable recuperación, aunque dentro de la escasez.

Fueron siete ejemplares, frente a una única captura de 2017. Desde 2010, cuando fueron diez, no se pasaba casi nunca de los dos reos al año. Esta especie también creció en el Eo, el Mandeo y el Tea, pero cayó en una veintena de otros ríos gallegos. El balance de la Xunta incluye a Os Gafos, pero desde 1999 no hay pesca de reos.

El coto de Monte Porreiro tiene una longitud de unos tres kilómetros inmersos en un bello paisaje que forma parte de las Sendas do Lérez. Los pozos de Bora y de Sadornil son los favoritos por los pescadores, tanto porque es donde más se dejan ver los salmones como donde salen más capturas. También tiene buena fama entre los aficionados el pozo de Rodabouxo, en la Presa do Manco, donde antiguamente se encontraba el Muiño do Manco, que debe su nombre al hombre que se encargaba de su funcionamiento. La última presa del coto es la del Mercantil, enfrente a Mourente.

El coto ya fue más largo y llegaba hasta después de la desembocadura del río Couso; actualmente mente desde ese punto hasta el puente de Monte Porreiro se encuentra vedado de pesca. El cupo de salmón de este año de uno diario por pescador, pero de diez para toda la campaña en el río Lérez. El tamaño mínimo autorizado es de 40 centímetros.

Los aficionados también pueden pescar truchas y reos. En el caso de la trucha, las cuotas de capturas por persona varían en función de su tamaño, desde ocho hasta diez ejemplares de entre 25 y 19 centímetros. Para el reo, las cantidades son de dos a cinco ejemplares de 25 o 35 centímetros mínimo.