El lugar de A Ermida, en Marcón, cuenta con servicio de saneamiento pero no todos los propietarios formalizaron el correspondiente enganche a la red municipal y utilizan las tajeas de la PO-532 para verter aguas fecales y residuales, que se estancan y convierten algunas zonas en cloacas. La suciedad acumulada ha convertido este tramo de carretera en un hábitat propicio para la cría de ratas, que amenaza los cultivos de los vecinos de este entorno.

"Se han comido las patatas y las cebollas las tuvimos que levantar antes de tiempo para no perder todo", asegura una vecina, que ha presentado quejas tanto en la Xunta como en el Concello sin que ninguna administración dé respuesta a este problema.

Aseguran que la presencia de roedores supone también un riesgo para la salud, agravado por las altas temperaturas registradas hace tan solo unos días.

"El olor es pestilente y sobre estos días pasados con tanto calor", explica una vecina residente en esta zona, que acaba de presentar una queja ante la Axencia galega de Infraestruturas, al tratarse de una carretera de titularidad autonómica.

Infractores

Apunta a la Consellería como primera responsable de esta situación porque eluden retirar los restos de maleza generados por los operativos de limpieza que organizan. "Es cierto que cuando lo solicitamos por escrito vienen y limpian la carretera. Pero luego dejan todo tirado en las tajeas, sin recoger, y el agua no puede avanzar. Se estanca, convirtiéndose en un foco de infecciones".

También han dirigido sus quejas al Concello. Consideran que una vez instalada la red de saneamiento la obligatoriedad de enganche debía de ser inmediata.

"Nos quejamos del mal olor, de las consecuencias que tiene en nuestras plantaciones tener que convivir con ratas que alcanzan un tamaño que impone, pero hay un aspecto ambiental que tampoco hay que olvidar. Por estas tajeas discurre agua con detergentes, con lejías; creemos que pueden proceder de lavavajillas o de lavadoras y eso acaba, en mayor o menor cantidad, en las fincas del entorno", apunta una de las afectadas que considera "inconcebible" que ninguna administración investigue el origen de estos vertidos y le ponga fin.

"Plantar una finca de patatas tiene un coste para el propietario, sin mencionar ya el trabajo físico que eso supone. ¿A quién le reclamamos ahora todas esas pérdidas?", apuntan.

Evitar el pago

Desde el Concello de Pontevedra son conscientes de que son muchas las viviendas en todo el rural pontevedrés, no solo en Marcón, que eluden realizar el enganche a la red pública para evitar el abono del recibo mensual. Reconocen que el problema es tal que han puesto en marcha una inspección de oficio que permita detectar a los posibles infractores y poner en marcha los mecanismos que permitan obligar a todos los propietarios que tengan acceso al servicio de saneamiento municipal a realizar el enganche.