El balance provisional que los libreros hacían ayer a mediodía de la Festa dos Libros se resumía, básicamente, en que la cita cultural había recibido numeroso público pero que las ventas habían caído respecto a la primera edición, la de 2017.

A falta de contabilizar la tarde del domingo, una de las más productivas de la feria, los responsables de algunos de los 16 establecimientos reconocían que durante los tres días habían pasado por la carpa personas de todas las edades. Sin embargo, a nivel económico no podían decir que para la caja hubiera sido un fin de semana especialmente bueno. Algunos, como Librería Cao, Paz o Seijas, lo achacaban a que es fin de mes y a que las primeras ediciones siempre son mejores "por la novedad". En este sentido, creen que sería conveniente cambiar la feria a la primera quincena de junio y algunos incluso apuestan por alguna de las de verano, para aprovechar el tirón turístico.