Queda poco más de un mes para el inicio del verano y las comunidades de montes de Pontevedra blindan sus bosques para intentar minimizar los daños que puedan causar los incendios forestales, así como, cuando menos, tratar de frenar su propagación. Así, mientras que en los terrenos comunales la gestión y el trabajo es periódico para la conservación y aprovechamientos del monte, la gran carga de combustible, el auténtico "polvorín", se concentra como en años anteriores en las parcelas de monte de propiedad particular.

Esta misma situación se puede trasladar al cumplimiento de las denominadas "franjas de seguridad" en las zonas colindantes con viviendas y núcleos de población que exige la ley de montes y que delimita estas zonas de protección de 50 metros en torno a las viviendas. Se trata de zonas que deben estar libres de maleza y en las que se prohibe la presencia de determinadas especies como acacias, eucaliptos o pinos. La ley establece que antes del 31 de mayo las fincas que se encuentren en este perímetro de cincuenta metros de la vivienda deben estar limpias o, de lo contrario, la Xunta podría acometer la limpieza con cargo al propietario quien también se puede enfrentar a sanciones.

El presidente de la Mancomunidad de Montes de Pontevedra, Iván Pérez, reconoce que los comuneros están "más activos" este año para dar cumplimiento a la ley y explica que hay comunidades que "han adelantado" trabajos de rareo y desbroce que tenían previsto realizar más tarde para dejar a punto antes de la fecha convenida aquellas parcelas próximas a carreteras o núcleos de población. Pérez da la bienvenida a este tipo de medidas para intentar paliar las consecuencias de los incendios, y considera que son positivas como "un primer paso" en un largo camino todavía por andar. No obstante, considera que esta normativa tendrá más bien un efecto "simbólico" que real a la hora de combatir los incendios.

Y es que el principal problema, como otros años, vuelve a ser el abandono de las propiedades particulares. Pérez explica que en estos casos las actuaciones de limpieza o rareo para guardar estas franjas de seguridad han sido más bien "escasas o nulas". Como ejemplo, Pérez destaca el hecho de que muchas de las parcelas que incumplen la propia normativa de la Xunta son titularidad pública de las propias administraciones. Son también muchos los márgenes de carreteras sin limpiar.

La situación no es más que una muestra más de la apatía o el desinterés de muchos propietarios por el valor del monte en Galicia y explica por ejemplo que en Lourizán está en marcha un proceso de deslinde del monte en el que se le remitió por parte de la administración una carta certificada a 600 propietarios para que limpiasen sus fincas con el objeto de proceder a estos trabajos. Apenas accedió al requerimiento un 10% de los propietarios.

Salcedo es otra de las parroquisa en las que el estado del monte comunal contrasta con el de los terrenos particulares que son un "auténtico polvorín". Mientras que uno está siendo objeto de una gestión sostenible por parte de los comuneros, el otro es una amenaza. Tanto es así que la comunidad de montes incluso ha optado por firmar convenios con los dueños de las parcelas próximas a los bosques comunales para proceder a su limpieza y así proteger sus propias plantaciones.

Caminos limpios

La batalla en Salcedo contra los incendios no solo se libra con la eliminación de especies invasoras y pirófitas para después repoblar con frondosas. Su presidente, Fernando Pintos explica que en su gestión sostenible del monte tienen en cuenta también que la movilidad de los equipos de extinción para poder llegar a las zonas que pudieran verse afectadas por el fuego sea la mejor, minimizando así los tiempos de respuesta y también los daños.

Fernando Pintos explica que los resultados que están obteniendo en cuanto a esta gestión más sostenible y ordenada del monte sí que está generando cierta conciencia entre los propietarios particulares del entorno que ven como la puesta en valor del monte puede tener importantes beneficios.

También es ligeramente más optimista sobre la situación de los montes particulares Carlos Morgade, presidente de la Comunidad de Montes de Mourente y secretario de la Mancomunidad de Pontevedra. "Sí que é certo que estamos notando tanto en Mourente como nas parroquias máis cercanas hai máis preocupación da xente por manter estas franxas de seguridade, conscientes do perigo que poden supoñer as masas de monte desordenadas preto das casas". Con todo, ambos reconocen que son las comunidades de montes las que casi en exclusiva mantienen las parcelas de monte limpio.

También José María Domínguez, presidente de la comunidad de montes de Campañó explica que la comunidad está realizando labores de limpieza y prevención en las parcelas más problemáticas para minimizar en la medida de lo posible los daños de los incendios y teniendo en cuenta que "o máis importante sempre é a seguridade das casas". Con todo, reconoce que el minifundismo es el principal problema para evitar que los montes sean polvorines en las propiedades particulares.

Concello de Poio

Con el verano a las puertas, no solo los comuneros toman precauciones. De hecho, el Concello de Poio también acaba de emitir un bando en el que recuerda las distancias mínimas entre las masas forestales y las viviendas con esta franja de 50 metros de seguridad, así como la obligatoriedad de mantener limpias fincas y caminos, bajo el apercibimiento de sanciones en caso de incumplimiento.