Ocho paneles componen la exposición dedicada al trabajo de Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913-Madrid, 1996), una figura trascendental en la arquitectura española del siglo XX. La muestra, promovida por el Colegio de Arquitectos de Galicia en colaboración con la Real Academia Galega de Belas Artes, con fondos documentales cedidos por la Fundación Alejandro de la Sota, se puede ver en el paseo Antonio Odriozola, en la Praza da Ferrería.

A su inauguración, esta mañana, acudieron, además de familiares de De la Sota, el presidente de la Real Academia de Belas Artes, Manuel Quintana; el decano del Colegio de Arquitectos de Galicia, Antonio Maroño; el presidente del Colegio de Arquitectos de Pontevedra, Manuel Abelleira, y el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, así como representantes de Cultura de la Diputación provincial y la Xunta de Galicia.

Cada uno de los prismas que componen la exposición incluye un par de obras emblemáticas del arquitecto pontevedrés en siete ciudades españolas, en las que ha quedado una muestra física de su legado.

"Soy gallego, de Pontevedra, tierra de piedra, del granito. Nací y crecí arrullado por la música del picar de mil canteros y otras que envolvía la casa en la que vivía, casa de piedra, de arquitectura ecléctica de las que se construían cuando ya con la piedra, en la arquitectura, se habían creado todos los estilos. Hice mis primeras casas en Galicia con piedra, como era lógico", asegura Alejandro de la Sota en el año 1988 al recibir el premio Pinat. Con ellas se inicia la muestra que ahora se puede admirar en plena calle de su ciudad natal.

El apartado de viviendas que se expone está encabezado por el poblado de Esquivel, en Sevilla, creado por el pontevedrés entre 1952 y 1963 es una de sus grandes obras. Decenas de casas desarrolladas abriendo su plaza en abanico. Delante, la iglesia y el Ayuntamiento.

También se incluyen las casas Domínguez, en A Caeira, Poio (1973-78), y Guzman, en Algete, Madrid (1972-74), tristemente derribada hace dos años.

En cuanto a las construcciones de tipo industrial, la muestra destaca la central lechera Clesa, en Madrid, creada entre los años 1958 y 1961, así como los Talleres Aeronáuticos de Barajas, TABSA (1956-58), en la capital española.

Pero Alejandro de la Sota también mostró todo su talento en sus obras de uso deportivo. El Pabellón Municipal de los Deportes de Pontevedra (1964-67) es buen ejemplo de ello. También lo es el Gimnasio Maravillas de Madrid (1960-62).

En obra civil, la organización decidió incluir el Gobierno Civil de Tarragona (1957-64) y los edificios de Correos y Telecomunicaciones de León (1981-84).

Respecto a su trabajo en el ámbito educativo, el Colegio Mayor César Carlos de Madrid (1967-71) y el aulario de la Universidad de Sevilla (1972-73) son buenas muestras.

Cierra la exposición un prisma dedicado a su talento como diseñador de mobiliario, con dos sillas y una mesa.