Modelo de integración

Marín se ha convertido en un banco de pruebas para la incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral

Trabajadores de la Fundación Juan XXIII. // S.A.

Trabajadores de la Fundación Juan XXIII. // S.A.

Redacción | Marín

Marín es un municipio puntero en el campo de la integración, un banco de pruebas de los novedosos proyectos de la Asociación Juan XXIII, que cuenta ya con una larga trayectoria en este concello. Fue en el año 1997 cuando Benito Touriño, como concejal responsable del área de Servicios Sociales, puso en marcha las prácticas del Plan de Formación de esta asociación en Marín.

En aquel momento el lugar elegido para comenzar esta actividad fueron los Petroglifos de Mogor, que se encontraban en mal estado de conservación. Se hizo una primera retirada de basura, enseres abandonados y una limpieza posterior.

Tras los buenos resultados obtenidos, se continuó con otras zonas como Portocelo, Barriada da Cañota y así se fueron ampliando zonas de actuación.

En 2007, la Asociación Juan XXIII da un salto y se convierten en Fundación, al entender que las personas con discapacidad ya están entrenadas para poner en práctica un Proyecto de Empleo. Este comienzo en Marín les abriría muchas puertas de cara a otros concellos y entidades públicas, como colegios.

"Desde el punto de vista empresarial, lo que cualquier empresa entiende como perder, ellos lo entienden como ganar, ya que si no existe una rentabilidad económica, si existe rentabilidad a nivel social", explica la alcaldesa de Marín, María Ramallo.

En la actualidad, algunos de estos trabajadores suponen el único ingreso económico de su familia.

En Marín, estos trabajadores hacen labores de jardinería, pero también se gestiona el desbroce y mantenimiento de caminos, entornos de rural por todo el municipio, desde la zona de Pedreiras hasta A Pastoriza o Lapamán. Se encargan además de cualquier necesidad o problema que surja en las áreas medioambientales o turísticas de competencia del Concello, con quien trabajan de forma muy intensa.

Marín es, como ellos mismo lo describen, "un concello muy integrador". Sus vecinos han sabido ver en la discapacidad las capacidades que tienen estos jóvenes. "Las familias ven en un chico o chica que creía que no podían desempeñar un trabajo, una transformación, una persona responsable, trabajadora, feliz, motivada", explica la alcaldesa.

La Fundación Juan XXIII contrata a personas que tienen difícil incorporación al mundo laboral en otros lugares y les dan una oportunidad, "Cuando a una persona con discapacidad le das apoyo técnico, emocional, esa persona se transforma. Al darle un trabajo dentro de sus capacidades con un encargado que dé buenas instrucciones de trabajo y maquinaria de primer nivel, esa persona es capaz de sentirse reforzada y ser una gran empleada." Si los resultados se midiesen por el grado de felicidad, no por el económico, como ellos dicen "somos la mejor empresa que hay".

En estos momentos, la Fundación Juan XXIII, junto con la Concellería de Medio Ambiente, están trabajando en nuevos proyectos de jardinería y paisajismo, pensados desde el punto de vista del disfrute, turismo, ocio, proyectos de sensibilización, concienciación, educativos y puesta en valor de espacios naturales.

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