La Guardia Civil investiga por un delito de maltrato animal a un vecino de Barro, propietario de un caballo. El equino tenía heridas de tal gravedad que tuvo que ser sacrificado mediante eutanasia por los servicios veterinarios.

El Seprona de la Guardia civil tuvo conocimiento de la situación de este caballo a finales del pasado mes por medio de la alerta recibida a través del teléfono 062. Al Seprona se le informó en ese momento de las críticas circunstancias de salud en las que se encontraba el animal.

Según los agentes pudieron comprobar ese día cuando acudieron a la zona, el animal estaba en un galpón en ruinas contiguo a la vivienda de su propietario. Las condiciones higiénico-sanitarias en las que vivía el animal eran, según ha calificado la Guardia Civil, "deplorables".

Enterrado en su estiércol

Estas condiciones llegaban al punto de encontrarse el caballo "semienterrado" en su propio estiércol y con las patas delanteras aprisionadas entre el muro que hacía de cierre y uno de los postes de la verja de la cuadra.

De este modo, fue necesaria la ayuda de varios vecinos para rescatar al animal y procurarle las primeras atenciones hasta la llegada de una veterinaria.

Sin embargo, cuando la médico animal atendió en profunfidad al equino, decidió sacrificarlo mediante eutanasia. La facultativa entendía que era la mejor forma de evitarle el sufrimiento que estaba pasando debido al avanzado estado de desnutrición y la gravedad de su estado.

Mientras, la Guardia Civil trabajó en la identificación del propietario, que resultó ser un vecino de Barro de 26 años que responde a las iniciales A.G.A. Una vez requerido, se le notificó su condición penal de investigado como supuesto autor de un delito de maltrato animal.

Las diligencias instruidas por el Seprona se entregarán en el Juzgado de Instrucción de Guardia de Pontevedra, que a partir de ahora llevará el caso y lo trasladará a las dependencias que considere oportunas.