Las zonas de Lourizán que permanecían cerradas desde hace varios años reabrieron de nuevo para el marisqueo tras el verano.

En noviembre, las cofradías pudieron trabajar en esas nuevas zonas. Los trabajadores del sector señalan que las parcelas cuentan "con mucha cantidad de almeja, pero todavía de poca calidad". Esta situación se debe a que los animales "crían muy juntos" ya que la zona todavía no está trabajada. Tras esta primera toma de contacto, esperan ver una mejoría en las próximas visitas.