A Brus le tocó la lotería en forma de familia en su jubilación. El braco alemán, que ha trabajado durante una década para el Cuerpo Nacional de Policía, ya descansa en una casa de la parroquia de Salcedo, una retirada por todo lo alto en la que no le faltará hasta una compañera de juegos, la perra Lúa. Una combinación perfecta para poner fin a una larga trayectoria ayudando a salvar vidas. La mejor de las recompensas.

Nadie llega a saber nunca qué pasa por la mente de un perro, pero está claro que la de Brus, un agente de policía recién retirado, tiene que haberse convertido en un torbellino en los últimos días, en los que ha cambiado desde la comunidad autónoma en la que trabajaba, Madrid, hasta su domicilio habitual, la comisaría de policía. El pasado lunes su nueva familia, la compuesta por la pareja Marta Martínez, Pablo Redondo y su hijo Brais, de tres años, lo iba a buscar a la capital española para darle el hogar que se merece después de tantos años de esfuerzo.

Y es que el perro, que el 19 de septiembre cumplió 11 años, estaba especializado en la recuperación de restos humanos. Se le vio trabajando en el duro accidente ferroviario de Angrois, en Santiago de Compostela, pero también en los casos de la joven desaparecida Marta del Castillo o de los niños de Córdoba Ruth y José.

"Pensamos que le tocó vivir muchas desgracias, así que sería buena idea darle una vida algo más alegre con nosotros, en nuestra casa", asegura feliz Marta Martínez, vecina de Salcedo.

Como suele ocurrir en este tipo de encuentros, los medios de comunicación juegan un papel muy importante. Su actual familia supo de él por el programa televisivo "El Hormiguero" y el espacio en el que colabora el actor Dani Rovira, conocido amante y defensor de los animales.

"Fue en octubre de 2016, hace casi un año. Explicaban que iba a entrar en proceso de adopción y nos animamos a escribir", recuerda Marta.

El proceso terminó siendo más largo de lo que creían, ya que desde la asociación Héroes de 4 patas, que es la que gestiona las adopciones de los perros policía, estudian cada caso con mucho interés y cuidado para buscar siempre a los dueños más adecuados para cada can. Además, Brus estuvo trabajando hasta casi el día anterior de ser entregado a la familia pontevedresa.

"Pasó tanto tiempo que cuando nos escribieron hace 15 días me sorprendió, pero aceptamos muy gustosos", explica su dueña.

El hecho de que en su casa tuvieran terreno para que Brus pueda salir al exterior contó a su favor. Además, el braco alemán contará con una compañera de juegos, ya que en la casa también vive Lúa, una golden retriever de dos años. Todo un lujo.

"Yo me crié siempre con animales en casa, así que tenía claro que quería que mi hijo también viviese esa experiencia tan enriquecedora", apunta la madre del pequeño.

La familia está encantada porque Brus es un perro muy educado. "Sí que notas que está acostumbrado a rastrear porque cuando le lanzas algún juguete para jugar no para de hacerlo. Es divertido verlo".

El perro todavía está en período de adaptación a su nueva casa, pero en general el proceso está siendo muy llevadero para todos. Para que nada falle y todo vaya como la seda cuentan con el asesoramiento continuo de Javi, su guía. "Se quieren muchísimo y tiene que haber sido duro separarse. Cuando nos lo entregó me pidió su collar de recuerdo. Yo le cuento a diario y le envío fotos de Brus. Ya sabe que aquí en Pontevedra tiene su casa para cuando quiera venir a visitarlo", confiesa Marta.

Casualidades de la vida, a la ciudad del Lérez también llegó recientemente otro perro policía, Berry, un pastor alemán que vive en plena zona monumental con su dueña, Rosa Arístegui.

El mérito en ambos casos es de Héroes de 4 patas, una organización sin ánimo de lucro puesta en marcha en 2015 por un grupo de policías que han conseguido dar en adopción desde entonces a 125 animales, el cien por cien de los que necesitaban encontrar un hogar llegada la hora de su jubilación. Son perros formados en la detección de explosivos (como Berry), personas humanas (Brus), drogas, billetes de curso legal o acelerantes del fuego.