"Menos maquinitas y más leche". Fue el mensaje con el que cerró su intervención José Manuel Abal, uno de los abuelos que acudieron al colegio Froebel de Pontevedra para participar en el Día Mundial de los Lácteos en la Escuela. Este abuelo habló a los alumnos de quinto y sexto curso de primaria en representación de un grupo de yayos, que ayer volvieron a la escuela para explicar a los pequeños cómo era la alimentación de su infancia, cuando la familia del rural extraía la leche directamente de la vaca y la de ciudad esperaba la visita diaria de la lechera.

En representación de todos los abuelos, José Manuel Abal pidió a los chavales que beban leche, "yogur, queso y cosas sanas", ahora que tienen estos productos en todos los envases imaginables y es más fácil de tomar que en su infancia, cuando lo hacía "directamente de la ubre de la vaca", explicó ante el asombro de los niños.

Una pediatra, Rosaura Leis, refrendó el mensaje de este abuelo. La doctora pidió a los pequeños que tomen lácteos "dos o tres veces al día", sea en forma de leche, de yogur o de queso, y entre tres y cuatro ingestas al día al llegar a la adolescencia. "Estamos dejando de hacer una dieta saludable, la "dieta atlántica", les indicó la doctora, que "es la que hacían nuestros abuelos". La pediatra explicó a los chavales que la dieta no es solo alimento, sino "la combinación de muchas cosas", entre las que, a sus edades, no deben faltar los lácteos.

Al acto celebrado en este colegio de Pontevedra asistió también la conselleira de Medio Rural. Ángeles Vázquez también narró a los pequeños sus recuerdos con su mascota de la infancia, la vaca Paloma, bajo la que ella y sus hermanos se tumbaron en cierta ocasión con la idea de extraer de la ubre aquella mantequilla con azúcar tan rica que les servía su abuela.

En representación de la organización interprofesional láctea "Inlac", que organizaba este encuentro, su portavoz Román Santalla explicó a los escolares que la mitad de los niños del mundo no tienen acceso a la leche y que es un alimento básico en la alimentación del ser humano, principalmente en la infancia.

Y como no hay mejor predicamento que el ejemplo, políticos, abuelos, sanitarios y ganaderos compartieron unos bricks de leche con los pequeños.