El alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, considera que el cierre del convento de Santa Clara, con el traslado de sus tres últimas monjas "abre la posibilidad de recuperar ese gran patrimonio arquitectónico y ambiental para toda la ciudad".

El regidor destacó ayer, un día después de que el convento echase el cierre inesperadamente, el "máximo interés" del Concello por "liderar" un proceso negociador que permita no solo garantizar el mantenimiento del convento y todas sus edificaciones, sino también convertirlo en un "espacio público abierto a todos los ciudadanos".

Lores recuerda que todo el conjunto está catalogado y "se debe conservar" por lo que descarta cualquier posible uso inmobiliario. "No hay ningún interés en ese sentido y no lo vamos a permitir". Recuerda que, además de los edificios históricos, la huerta es "intocable", al igual que el muro perimetral, si bien no descarta alguna fórmula para incorporar esa zona verde a la colindante plaza de Barcelos.

El abandono de Santa Clara se suma a otros casos parecidos, como el cierre del Asilo en la calle Loureiro Crespo y de la delegación de Hacienda en A Ferrería. Al respecto, el alcalde no prevé operación municipal alguna para el Asilo, pero sí anuncia que se negocia un convenio "con varias administraciones" para recuperar la sede ministerial "con el fin de reaprovecharlo y evitar su deterioro". Un Archivo Histórico sería su apuesta.

Lores reconoció que el gobierno local mantiene contactos con la Iglesia para hablar de la situación actual de la propiedad y afirmó estar dispuesto a mantener las vías de negociación con otras administraciones para abrir Santa Clara al espacio público. "Queremos contar con todo el mundo", subrayó.

En este sentido, comparó esta incorporación de 13.000 metros cuadrados al espacio urbano como la que tuvo lugar a mediados de 1800 de la mano del arquitecto Sesmero con la Alameda y las Palmeras.

Las monjas clarisas también mantuvieron varios encuentros con el anterior gobierno de la Diputación provincial. Fue durante el mandato del presidente Rafael Louzán. Las últimas negociaciones conocidas datan de 2015, cuando el popular anunciaba que se estaba planteando la incorporación del convento al patrimonio público debido a la situación precaria del mismo.

En aquel momento, Louzán destacó que una de las condiciones impuestas por la Iglesia y la congregación clarisa había sido la de "huir de cualquier tipo de uso especulativo urbanístico".

Evitar su dilapidación

Marea Pontevedra también se manifestó respecto al futuro de las instalaciones del convento. Además de lamentar el cierre de un ciclo histórico de más de siete siglos en la ciudad, mostró su preocupación por el futuro inmediato del espacio conventual. Así, consideró que el Concello debe implicarse, junto a otras instituciones, en la defensa del patrimonio artístico y monumental de Santa Clara y "evitar desde hoy mismo que se puedan dilapidar o deteriorar tanto la iglesia conventual como los edificios anexos".

En este sentido destaca, especialmente, el jardín del convento, "dotado con una singular riqueza arbórea y paisajística en pleno centro de la ciudad". "Puede ser disfrutado por los pontevedreses y los visitantes de la ciudad", propone.