- ¿Cómo es el proceso de búsqueda de los orígenes para una persona adoptada?
- Es un proceso largo y se realiza con un protocolo que nosotros dividimos en tres etapas. En la primera se asimila la información que se tiene, luego se analiza y se estudian las aspiraciones, expectativas, deseos del solicitante, un poco para desmontar su idea de lo que va a ser el proceso. Después, si contactamos y tenemos el consentimiento de la madre biológica o familiares de origen, si hay voluntad, hay un intercambio de cartas, fotografías, información, etc., y si las dos partes quieren llegar hasta el final se prepara un encuentro físico y también un postencuentro, es decir, qué tipo de relación van a mantener, según decidan la persona adoptada y la otra parte.
- ¿Cómo se sortean los obstáculos legales, burocráticos, culturales, etc.?
- Pues poco a poco, abriendo camino. Antes era un proceso más complicado, pero poco a poco se va mejorando. Cada lugar de origen tiene sus complicaciones. Por ejemplo Latinoamérica tiene la ventaja del idioma, pero está mucho más lejos que otros lugares de origen, como Rumanía, por ejemplo, que está más cerca pero con la dificultad del idioma para las partes. Se intenta buscar a través del Servicio Social Internacional para saber si podemos tener un contacto con alguna persona de referencia allí que nos ayude, que no es mediadora, pero que puede aportar datos.
