- ¿Le gusta vivir en Pontevedra?

- Pontevedra es una ciudad tremendamente sociable. Tremendamente humana. Se está gestionando muy bien todo lo que afecta a la vida de las personas, a las que les ofrece un campo más amplio para vivir la ciudad. Nos permite comunicarnos entre la gente, y eso antes estaba limitado.

- ¿Entiende que la propuesta urbana afecta la vida social?

- Yo creo que si. Aquí hubo un cambio evidente que ha afectado a la convivencia. Y no solo creo que es muy positivo sino que me parece lo más razonable. Si la ciudad es peatonal tanto mejor, porque eso permite que los seres humanos se acerquen.

- ¿Comparte la idea de que las actividades culturales salgan a la calle?

- Aún nos queda margen para evolucionar en ese aspecto. Pero se están organizando actividades más intensas que en otros períodos de la vida de Pontevedra tanto desde el punto de vista musical como en el artístico y teatral. Yo considero esto muy importante para la sociedad, sobre todo para la formación de la juventud. La verdad es que desde el punto de vista cultural también hemos mejorado muchísimo.

- ¿Qué destaca de Pontevedra cuando le preguntan?

- Esta es una ciudad eminentemente gastronómica. Aquí se come muy bien, se tapea muy bien. Hay espacios especiales como la Praza da Verdura o A Leña que lo que hacen es que Pontevedra sea realmente Pontevedra. Se disfruta mucho desde el punto de vista gastronómico. Y además tenemos el albariño que es el mejor vino del mundo. En ese aspecto estamos muy bien, muy bien, muy bien.

-Evidentemente, recomienda Pontevedra

- Si , la recomiendo. Pero, me preocupa que sea invadida. No es una ciudad para que el negocio principal sea el turismo.

- ¿Le preocupa la masificación?

- Claro (sonríe). Quiero seguir siendo feliz en Pontevedra, la ciudad que amo, y a la que siempre vuelvo.