Tras los incendios del verano del pasado año, la Mancomunidad de Montes de Pontevedra había reclamado a la Administración pública "indemnizaciones" por los daños sufridos, en lugar de "ayudas fuera de tiempo". Esta Mancomunidad, con la Organización Galega de Comunidades de Montes, había solicitado además a la Xunta de Galicia que los tengan en cuenta a la hora de diseñar las políticas forestales. Pidieron también que se cumpla el plan Pladiga en cuanto a que los distritos forestales deben tener comunicación y estar en contacto con los agentes que participan en la vida del monte, en particular las comunidades, algo que según aseguran no se está cumpliendo.

En el caso de la comunidad de Salgueiral-Bora, un incendio procedente del municipio vecino de Cotobade arruinó su monte el pasado verano, diez años después de que en el año 2006 el fuego devastara el 100% de sus terreno. En este lugar el fuego afectó el pasado año a casi 70 hectáreas. Especial importancia por su valor medioambiental y paisajístico supuso la pérdida de casi 10 hectáreas en las márgenes del río Almofrei, donde se llevó a cabo en estos años, con la colaboración del programa Monte Vivo del Concello de Pontevedra, la sustitución del eucalipto por especies de ribera. Esta comunidad se quedó sin ayudas de la Xunta.