-Vive en un lugar pequeño como Poio.

-La gente es muy adorable conmigo. Si salgo a pasear todo el mundo me conoce y me saluda. Es muy gracioso salir a la calle y que me digan "chao" y yo, sin conocer a esa persona, respondo. Son muy buena gente y se agradece muchísimo.

-¿Y en el instituto como lo llevan?

-Bueno, hay de todo. La mayoría de profesores están de acuerdo, les gusta y me dan ánimos. A otros no les gusta tanto. Con los compañeros sucede un poco igual. Al final recibo apoyo de mucha gente y eso ayuda muchísimo a seguir para delante.

-¿Qué argumentan los que están en contra?

-Hay gente muy tradicional. Al final a la gente que no le gusta cree que este tipo de concursos degradan a la mujer, pero bueno son sus pensamientos. Yo no sé lo que pasaría en el pasado, pero a día de hoy, no. Aquí todas estamos por lo mismo. Nos gusta, nos divierte y lo pasamos súper bien. También hay concursos de míster y parece que de ellos no se habla. ¿Por qué? Es exactamente lo mismo que el nuestro.

-¿Cómo compagina este trabajo con sus estudios?

-Es verdad que agobia un poco con tantos exámenes. Pero por suerte tengo profesores encantadores que no tienen problema en cambiarme los exámenes o ayudarme en lo que haga falta.