Hundido en una zona de apenas unos 7 metros de calado, según reiteraba ayer el patrón mayor de Raxó, Iago Tomé, tras el terrible naufragio del "Nuevo Marcos" una de las tareas pendientes es el reflotamiento del buque. Y es el que el pecio, al encontrarse a tan poca profundidad (desde las cofradías insisten en que el casco del buque está apenas dos metros dela superficie), se convierte en un peligro para la navegación en la zona.

Además, según explicó el patrón mayor, se encuentra en un área de trabajo para los sectores productivos de la ría de Pontevedra, por lo que su reflotamiento parece inevitable.

De hecho, según las informaciones de las que disponía ayer el máximo responsable de la Cofradía de Raxó, la aseguradora del buque está ya trabajando con una empresa especializada en las cuestiones preliminares antes de la retirada del buque. De hecho, la previsión era que ayer mismo o a lo largo de la jornada de hoy se desplazasen a la zona del naufragio para inspeccionar los restos del naufragio con cámaras y analizar la complejidad de la operación de retirada del buque.

Si los preparativos no se prolongaban demasiado y las labores no eran excesivamente dificultosas, se especulaba con la posibilidad de que el buque incluso pudiera ser retirado a lo largo de la jornada de hoy o mañana.

En principio, según se explicaba en el muelle de Combarro el pasado miércoles, tras el naufragio no parecía haber riesgo de vertido por combustible procedente del buque.