Otro de los problemas a los que se enfrenta la Policía para reducir el elevado número de hurtos que se producen en la ciudad es el alto porcentaje de reincidencia de algunas de las personas que se dedican a este tipo de delitos. La escasa importancia de los robos que cometen hace que las penas impuestas sean, lógicamente pequeñas, y que no entren en prisión hasta que acumulan un largo historial de antecedentes. Es entonces cuando sí acaban pasando alguna larga temporada entre rejas, al tener que afrontar todas las pequeñas condenas que tienen pendientes.
En las últimas semanas un joven ha supuesto un verdadero incordio para las fuerzas de seguridad en Pontevedra. Una de sus fijaciones son los estancos y, debido a que parece sentir predilección por una marca de tabaco en concreto, muchos funcionarios ya lo conocen por un mote, el de "Chester".
Una de sus últimas detenciones lo ha llevado a ser objeto de un juicio rápido la semana pasada en el juzgado de guardia de Pontevedra por un total de 8 hurtos en distintos establecimientos comerciales de la ciudad cometidos entre el 3 y el 19 de marzo de este mes. En uno de ellos, una farmacia de Joaquín Costa, entró dos veces en un mismo día con apenas hora y media de diferencia y se llevó productos por valor de más de 700 euros en total. En una tienda de Benito Corbal, Emilio Iglesias, también irrumpió en dos ocasiones dos días seguidos y se llevó artículos por valor de 500 euros. Así en varios establecimientos más, a veces repitiendo también en alguno de ellos. En este juicio rápido, A. M. M. (que son las iniciales de este joven al que apodan "Chester") aceptó ocho años de prisión tras reconocer los hechos, una pena que será suspendida si hace frente a la devolución de las cantidades sustraídas a estos comercios. Esta misma semana volvió a ser detenido por el robo de 40 bolsos en una furgoneta, así como otros delitos de hurto.
