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Jorge Novoa: "Dolorosamente en España echo de menos la honradez"

"A mi la corrupción me avergüenza... Aprendí de muchas personas, gente humilde a la que le costaba dinero estar en política"

Jorge Novoa, exgerente del Partido Popular. // Rafa Vázquez

"Si alguien le dice que es político pregúntele si piensa en sus ciudadanos, es lo único que interesa", explica Jorge Novoa, "si la respuesta es que piensa en él mismo no interesa; si no se preocupa por sus ciudadanos no los representa y si no los representa para qué lo queremos: la política es un ejercicio de entrega o no es nada".

-¿Siempre le gustó la política?

-Si, la verdad es que si, llevo desde 1977 vinculado a ella. Partí de la base de que la política no podía ser la política de la cafetería, del me quejo, me quejo pero sin hacer nada, y llegó un momento en que me dije no puede uno estar quejándose, para hacerlo hay que estar implicado, y me impliqué, me metí en Alianza Popular.

-El suyo es uno de los primeros carnés de Galicia

-No sé el número exacto en Galicia pero a nivel español el 1.620, cuando falleció Manuel Fraga pasé a ser el 1.619, estoy seguro, pero sin duda uno de los primeros. La verdad es que era muy joven cuando entré y empecé a formar parte de Alianza Popular; entonces éramos muy pocos, Mariano Rajoy también estaba en aquel momento, no sé si delante o detrás como afiliado, pero por ahí iba.

-¿Qué recuerda especialmente de aquellos primeros años?

-La ilusión tremenda, la fotografía para ilustrar la entrevista en el periódico (sonríe) quizás sería con la estatua de los Héroes de Pontesampaio porque éramos unos héroes, en aquel momento nadie daba por nosotros nada, era aquella Alianza Popular que en principio parecía que formábamos entre todos una pandilla de fachas y no, éramos gente normal, simplemente que creíamos que las cosas se podían hacer bien y mejorar el futuro de los demás, incluido el nuestro, claro.

-¿Cuál fue el peor momento?

-Hablamos del 1977 al 1980, que era muy difícil estar en política y mucho más todavía en Alianza Popular que en aquel momento parecía el partido de los fachas, cuando éramos jóvenes, normales, gente como Mariano Rajoy, jóvenes que no habían vivido la guerra, si la postguerra pero desde otra óptica, éramos normales y lo hemos seguido siendo, que es lo que yo creo que hay que ser en la vida, no hay por qué ser el mejor o el peor. Y el peor momento creo que fue cuando hubo la escisión en Alianza Popular en Galicia, la época de José Luis Barreiro que se fue por un lado y nosotros nos quedamos en el lado de AP, no sé quiénes eran mejores pero al final se vio que quienes debían mejorar eran ellos y quienes tenían opciones de continuar éramos nosotros; fue un error que se fuesen compañeros y amigos con los que teníamos una relación muy entrañable. El tiempo nos dio la razón y fue muy justo en ello.

-La transición está hoy muy cuestionada?

-La transición se hizo en un momento muy delicado, se salía de una dictadura y era muy difícil encajar los distintos intereses de cada partido, incluso los intereses de los diferentes ciudadanos en general, pero pienso que hemos sido un modelo a nivel mundial de cómo se puede salir de una dictadura y con coherencia, cariño, respeto y amor al país llegar al momento actual, con sus sombras sí, pero también con aciertos, no ha habido guerras ni nada y disfrutamos de una España que todos tenemos interés en que salga adelante, porque es un barco en el que vamos todos, no solo los demás.

-Es amigo personal de Mariano Rajoy

-Si, soy amigo personal, no solamente su hermano está casado con una sobrina mía sino que además ambos vivimos esos momentos delicados y convulsos del partido y después quizás también por la edad hemos mantenido una amistad cercana aunque él salió hacia Madrid y yo me quedé en Pontevedra.

-¿Qué opinión le merece la evolución como político del actual presidente del Gobierno?

-Vi la evolución de Mariano Rajoy como la lógica de un líder que empezó de concejal, pegando carteles en el partido, y que por méritos y por lógica tendría que seguir subiendo. Y subió, lo cual me encantó porque al final he comprendido que las cosas son justas y en su justa medida se van encajando.

-¿Cómo es en la distancia corta?

-Es que a veces es difícil explicar cómo es un líder, pues Rajoy es agradable en el trato, dicharachero, Rajoy es una persona culta, buen amigo de sus amigos y buen conversador. Y, claro, como es amigo hablar bien de él resulta fácil, pero si yo estuviera en la oposición también tendría que hablar bien de él porque al final qué es, pues una persona que ha estado en todos los puestos de la administración, eso tiene que enseñar algo y es una ventaja para los que somos sus administrados. A mí como administrado me interesa que Mariano Rajoy sea una persona que conozca todos los entresijos de la administración.

-¿Cuáles señalaría como los grandes retos del país?

-Lo tópico sería decirle que el paro, pero es que lo es, yo he tenido dos hijos desempleados y a mí lo que me interesa es que el paro se resuelva. Pero creo que no solo es la falta de trabajo el gran reto, sino el plantearse por qué no somos una gran nación como los Estados Unidos, donde hay distintos estados pero todos se sienten americanos. Hay distintas formas de ver España, se puede ser gallego sin renunciar a ser español, se puede ser catalán y no hay por qué dejar de ser español, por eso me molesta cuando se dice "es que los catalanes", pues no, yo creo que los catalanes tienen que ser tan españoles como somos todos los demás y eso no quiere decir que dejen de ser catalanes.

-¿A qué atribuye la irrupción de nuevos partidos?

-Son consecuencia del enfado que tiene el ciudadano, no se ha sentido representado por los dos grandes partidos, que pusieron los cristales tintados en los coches oficiales no para que no los vieran sino para no ver la realidad que había en el exterior. Eso les ha marcado y el ciudadano en un momento de crisis, que es cuando necesita que sus políticos respondan y les ayuden, no los ha visto. Es muy fácil repartir la abundancia, pero cuándo no la hay repartir es difícil, es cuando esperas que te echen una mano y ahí los dos grandes partidos no han respondido a las expectativas en plena crisis, no vieron lo que había fuera.

-Conoce bien la realidad estadounidense ¿qué opinión le merece el triunfo de Donald Trump?

-A mi Estados Unidos me encanta, es un país que visito todos los años y no solamente hago escala sino que estoy allí, me parece un país fantástico y qué decir de un presidente que es elegido democráticamente, pues si uno cree en la democracia podrá ser bueno o malo, pero hay que esperar a que lo diga el tiempo, no se puede a priori decir que es malo, no, lo eligió el pueblo, no se le puede condenar a priori.

-De lo internacional a lo local: ¿qué opina de Pontevedra?

-Si soy casado con hijos jóvenes es una ciudad maravillosa, si soy jubilado como es mi casa también, si soy una persona que necesito emprender o soy trabajador es una ciudad delicada, porque industrias no tiene y, claro, de dónde se saca si no hay industria, cómo se consiguen puestos de trabajo. Para pasear es fenomenal, han conseguido hacer una ciudad muy agradable y poco agresiva, pero tampoco es cuestión de quitar los coches, si tengo que desplazarme porque tengo un problema de corazón prefiero ir al hospital en ambulancia que en un carro de vacas.

-¿Qué echa de menos en España?

-Dolorosamente en España echo de menos la honradez, algunos personajes han afeado lo que todos queríamos de la política, que es mejorar el país, y algunos la han utilizado para mejorar ellos, no a los demás.

-Si algo ha salpicado al partido al que pertenece es una corrupción sonrojante ¿es lo que más le decepciona?

-A mí la corrupción me avergüenza porque creo que no es necesaria, uno puede ganar dinero y si quiere ganar mucho dinero pues, mire, arriesgue, hágase empresario y le puede ir bien o mal. Cosa muy distinta es la política, no tenemos por qué pagar los demás los ingresos que uno determinado quiere y no puede tener porque no los merece; puede ponerse un sueldo, si, me parece bien, pero a partir de ahí nadie tiene por qué meter mano en la caja del dinero de los demás, porque es un administrador del dinero de todos.

-También ha hecho sus pinitos como emprendedor ¿cómo ha sido su aventura empresarial?

-Me dediqué durante más de 30 años al Partido Popular, empecé como Mariano Rajoy, pegando carteles, después estuve de coordinador en la zona de Sanxenxo, Cambados, O Grove etc, después fui secretario general técnico y acabé de gerente provincial del partido en Pontevedra. Después si, me dediqué casi como afición (sonríe) a las nuevas tecnologías porque me encantaban, no le presté quizás el tiempo que debería y, bueno, fue más un entretenimiento que un negocio, en aquel momento tampoco pedí subvenciones ni ayudas, salí adelante hasta que llegó un momento en que me relajé. Desde hace unos años entendí que no estaba en la edad, después de dos enfermedades de importancia que tuve a causa del estrés, de empezar, porque para empezar las cosas hay que tener una edad que yo ya no tenía.

-Con la política su gran pasión es el mar

-El mar, primero el mar y después todo lo demás (sonríe). Fui un buen profesional pero, como todo, llega un momento en que tu padre te dice "o estudias o te pones a navegar" y en aquel momento no había la figura de los patrocinadores, pero era bueno, en Sanxenxo teníamos una de las mejores flotas del mundo, de hecho participé en dos Campeonatos del Mundo y quedamos en uno quinto y en otros novenos, era la primera vez que en España alguien conseguía una clasificación tan buena. Al marcharme a Madrid resultaba más difícil ir a navegar, a veces iba a regatear a Cataluña o venía a Galicia, pero era complicado Después al volver aquí volví a regatear, y todos los domingos salgo a navegar con un gran amigo que tiene un barco de vela. El mar, si, es mi gran amor.

-¿Compensa empeñar más de tres décadas de vida a la política?

-Si, es cierto que le dediqué más de 30 años a la política pero aprendí muchísimo, aprendí la parte humana, conocí a personas que sin tener mucho le dedicaban un gran esfuerzo a la política, pensando que podían mejorar la vida de los demás, y eso me enseñó y a la vez me encantó. Soy sagitario (risas) y ese signo marca un poco a la hora de volcarse hacia los demás, y soy consciente de que aprendí de muchas personas, de gente humilde, de cientos de ejemplos que hacen que me resulte increíble que se hable de corrupción en la política si ellas, que estaban implicadas plenamente en política de corruptas no tenían nada, a la inversa, les costaba muchísimo dinero estar en política, hablo por ejemplo e concejales en ayuntamientos pequeñitos que se esforzaban por ayudar a sus vecinos. Y todo eso enriquece mucho, a mi me encantó, la verdad es que si tuviera que volver a repetir repetiría mi profesión, volvería a dedicar más de 30 años a la política, volvería a ser otra vez gerente del Partido Popular y volvería a decir que la política es la entrega a los demás.

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