"No figura nada nuevo" y el borrador de presupuestos de la Xunta para 2017 se basa en dos capítulos: "presencias previsibles y ausencias clamorosas", según explicó ayer el parlamentario del BNG en la Cámara gallega y aún concejal en Pontevedra Luis Bará.

Entre las primeras, Bará citó el edificio judicial, "con un contrato que hay que pagar traspasando partidas de un año a otro", la ampliación de Montecelo, que "llega con ocho años de retraso y sin obras en 2017", y la reformas de la estación de autobuses, con unos raquíticos 100.000 euros para una inversión plurianual de 1,3 millones, muy por debajo de otras ciudades".

En cuando a las "clamorosas ausencias", el parlamentario nacionalista destaca la variante de Alba, que "queda totalmente fuera de las inversiones", el saneamiento de la ría, con apenas 553.000 euros para pagar estudios y otros 593.000 para la ampliación de la depuradora, que lo hacen inviable el próximo año", el dragado del Lérez, "desaparecido de nuevo de los presupuestos, con lo necesario que es para el sector marisquero", e incluso la rehabilitación de la antigua sede de la Xunta en Benito Corbal, sin partida específica.

También se echan en falta previsiones en materia de mejora viaria en las carreteras de Vilagarcía, Poio y Marín, así como en cuanto a vivienda y suelo industrial. No obstante, Bará admitió, con respecto a la variante de Alba, que sí se observa ahora "algún movimiento ya que se ha convocado una reunión entre técnicos de la Xunta y del Concello".

Aún así, Bará coincide con Lores y con González Carballo en que se trata de unas cifras "decepcionantes" y anuncia una batería de enmiendas en el Parlamento para tratar de "cambiar" este proyecto de presupuestos, toda vez que ahora comienza un periodo de más de dos meses, hasta mediados de febrero, para su análisis en la Cámara gallega.