Víctor Rivas es el autor de las ilustraciones de la exposición "Escarlatina-Esmeraldina", que se encuentra en el vestíbulo del Auditorio del Pazo da Cultura durante este mes con motivo de la celebración del Salón do Libro Infantil e Xuvenil de Pontevedra.

-¿Qué nos vamos a encontrar en esta muestra?

-Son todas las ilustraciones ilustraciones de los libros "Escarlatina, a cociñeira difunta" y "Esmeraldina, a pequena defunta".

-De tipo digital...

-Sí. Yo trabajo ya desde hace tiempo. No tengo originales, tengo bocetos. Todo es hecho a mano. Por ejemplo, en Escarlatina, las ilustraciones tienen un boceto en libreta y con el ordenador se aplica el color. Sin embargo, en Esmeraldina ya no hay esos bocetos a mano. Son digitales también. No hay mucho truco.

-Es algo habitual en la ilustración actualmente.

-Sí. Lo hacen el 90 por ciento de los ilustradores. Parece nuevo, pero no lo es. Es mucho más cómodo para enviar a los clientes, a la imprenta... Son herramientas que dan calidad.

-Trabajar con una escritora Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil habrá supuesto un escalón en su trayectoria...

-En realidad, el libro de Escarlatina lo creamos antes. Pasé un día por Xerais, después de pasar un tiempo fuera de Galicia, para saludar y mostrar algunos de los últimos libros que había hecho. Uno de ellos le llamó la atención a Ledicia. A partir de ahí empezamos a trabajar juntos. Digamos que fue un libro hecho en pleno siglo XXI, aprovechando las nuevas tecnologías y estando en contacto en todo momento. Facebook, por ejemplo, nos fue muy útil en ese sentido. Escarlatina fue el segundo libro en venta ese año. Fue algo impresionante. Después vino el premio nacional y su publicación en español.

-¿También con sus ilustraciones?

-Sí. Fue una de las pocas veces en las que se mantuvo el ilustrador, ya que se suele cambiar. Curiosamente, los ilustradores no estamos muy considerados en el proceso editorial.

-Y eso que en la literatura infantil y juvenil tienen un papel muy importante.

-Sí. Estamos presentes en el 90 por ciento porque las ilustraciones hacen de guía.

-¿Es siempre el autor el que elige al ilustrador?

-No, no. Hay mil opciones. Yo trabajo desde hace años a través de una agencia con Estados Unidos y me propone trabajos el director de arte. Tú puedes negociar. En España el proceso es más directo: son los editores los que eligen al ilustrador. En este caso, fue Ledicia la que pidió, pero en muy raras veces se tiene contacto con el escritor. Sobre todo porque a veces estos piensan que el trabajo del ilustrador es completar el suyo.

-¿Cómo fue la actividad de creación del I Libro Gigante en el Salón do Libro?

-Fue una actividad muy bonita y el resultado, impresionante. La gente no pensaba que iba a funcionar así. Se quedaron sorprendidos. Ojalá que quede como una actividad residente del Salón.

-¿Qué importancia considera que tienen eventos como el Salón do Libro?

-Muchísima. Imagínate si no se lee, si no se fomenta la creatividad, la tradición...