Vieja juventud para la estación

El resultado de la reforma de la estación de autobuses ya está a la vista de sus usuarios. Los cambios de la varios años retrasada remodelación pueden pasar inadvertidos para algunos ya que, al margen de la sustitución de las escaleras mecánicas por dos ascensores que por ahora permanecen precintados, pocas variaciones saltan a la vista. La actuación, pendiente apenas de unos últimos detalles, se ha centrado en resolver problemas de humedades, higiene y accesibilidad, pero ha dejado de lado la posibilidad de introducir cambios estéticos o de ampliar los medios de información al viajero.

El proyecto encargado por la Xunta, que ha destinado algo menos de 200.000 euros a la actuación, se fue posponiendo año a año pese a las críticas de usuarios, colectivos vecinales y la administración local hasta que a finales de 2014 arrancó con la promesa de resolver deficiencias de diverso tipo.

Se cambiaron puertas de la entrada principal para adaptarlas a la normativa de seguridad, se eliminaron humedades, hubo repintado de algunas paredes, reforma parcial de los aseos y, como acción central, se instalaron dos elevadores en el hueco liberado tras la retirada de unas escaleras automáticas que llevaban sin funcionar desde hace años.

Esos nuevos ascensores, con una capacidad que se ha anunciado de 13 personas cada uno, representan la principal intervención y uno de los mayores cambios que se produce en esta vetusta terminal. Su desangelada imagen es objeto de críticas por parte de quienes llegan o salen de ella, así como del gobierno local, desde el que se ha subrayado que este edificio es para muchos la primera imagen que tienen de su llegada a Pontevedra. La disconformidad de los responsables municipales por la escasa ambición de estos trabajos se ha puesto de manifiesto en varias ocasiones. "Es un apaño", dijeron desde el Ayuntamiento, añadiendo que "no resolverán" los grandes problemas de la estación.

La conclusión de los trabajos se realizará en los próximos días. La actuación se centra ahora en los baños de la planta principal, si bien prácticamente todo el vallado de obra ha desaparecido de la estación. Tal y como apuntaron desde el Gobierno gallego durante el arranque de los trabajos, a principios de diciembre, la actuación debería completarse dentro del primer trimestre de este año.

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